sábado, 22 de octubre de 2011

~Capítulo 24~

Adonde me llevaba Peter, era un misterio.

Solamente veía árboles, mirara por donde mirara y, la verdad, no es que pudiera ver mucho, dado que no me daba tiempo a enfocar porque Peter era muy rápido.

Intentó varias veces entablar conversación, pero yo no estaba por la labor.

No quería entramar amistad con mi verdugo.

Sentí que nos seguían y miré hacia atrás, con esperanza.

-No te hagas ilusiones, pequeña-me dijo Peter- No son tus amigos.

Ya me había dado cuenta.

-Puede que no tenga visión nocturna como la tuya, pero sé distinguir a tus gilipollas de amigos de los míos.

Rió.

-No estabas tan chulita antes cuando pude haber matado a tu amigo, ¿eh? Yo diría que estabas mortalmente asustada por él.

-Cállate-le espeté.

Volvió a reír y negó con la cabeza. Aquello le estaba divirtiendo.

De pronto, se paró. Me alegré dentro de lo que cabe, porque no soportaba que me tocara. Observé con atención dónde me hallaba.

Estábamos frente a una casita de madera, de la cuál salías y tenía unos árboles en hilera en la puerta. La luna se alzaba sobre ella y la iluminaba, haciendo que pareciera mágica.

-Baja.-me ordenó Peter.

-Con mucho gusto.-dije, mientras lo hacía.-Pero lo hago porque quiero, no porque tú me lo digas.

Uno de sus amigos abrió la puerta de la casa. Dentro estaba oscuro.

-Tú primero.-me volvió a ordenar.

Le desafié con la mirada y después volví a mirar a la oscuridad de aquella casa que me esperaba.

Por el rabillo del ojo, vi el bosque que se extendía tras de mí y consideré la opción de echar a correr.

-Ni lo pienses. Adentro.- y Peter me empujó.

Caí de bruces dentro de aquella oscuridad.

Oí sus risas detrás de mí.

-Oh, la pequeñita se ha caído…-dijo Peter burlonamente, cogiéndome por las axilas y poniéndome en pie.

Todos se reían de su chiste.

-No me he caído, me has empujado, estúpido.-le respondí.

El tal Spike hizo ademán de soltarme un bofetón por mi respuesta (quizá se pensase que allí el chulo solo podía hacérselo Peter) pero Peter le detuvo. Yo, de todas formas, no hice ademán de defenderme.

-No, está bien.-dijo, como si eso lo explicase todo.

-¿El qué está bien?-preguntó Spike-¿ Tú has visto los aires que se da? ¡No ha hecho más que retarte desde que la cogimos! ¡Tan sólo es una simple humana!

Peter sonrió.

-A mí me divierte.

Genial, así que yo era el bufón personal de Peter.

Spike resopló, pero no dijo nada.

Mis ojos se iban acostumbrando a la oscuridad y, ayudados por la luz de la luna que entraba por la puerta y una ventana, observé la estancia.

Era una de esas casas que tiene la cocina y el comedor juntos. Era pequeña, pero lo suficiente para ocho personas, siete de las cuales no dormían, no iban al baño y no cocinaban.

-Toma, Liam, átala.-dijo Peter pasándole algo que no alcancé a ver al Adam Lambert rubio que estaba mi lado.

-¿Dónde?-preguntó este.

-Pues… allí, en el palo ese.

Se refería a una columna de madera que sujetaba el igual techo de madera de la casita.

Liam asintió.

-Vamos-dijo, empujándome.

Me di la vuelta y me encaré a él.

-¡No me empujes!-le grité como la profe de lengua.

Liam sí que me dio un bofetón, que hizo que me diese con la pared en la cabeza. Me llevé la mano al punto dolorido, pero no me quejé. Miré a Peter.

-Esa sí que te la merecías.-dijo con indiferencia.

Liam me empujó de nuevo hasta que llegué a la susodicha columna.

-Siéntate-me ordenó.

Mientras que mi cuerpo me pedía que lo hiciera, mi mente me decía que me rebelara.

-No.

-¿Cómo dices?

-He dicho que no, sordo.

Me cayó entonces una patada en el estómago que hizo que me sentara en el suelo, resoplando.

Peter reía.

-No seas tan duro con ella, Liam. Es una rebelde, como nosotros.

-Yo…no soy…como vosotros.-dije.- Soy mejor.

Aquello enfadó a Liam.

-¿Tú? ¿Tú mejor que nosotros? ¿Una humana?- y me pegó una patada.

-Basta, Liam. Átala.-le ordenó Peter.

Me sentó con la espalda pegada a la columna y me ató las manos tras ella con una cuerda. Estaba tan en shock que recordé el momento ese de India Jones y la última cruzada de “¡Papá! ¡Junior! ¡Papá! ¡Junior!” y comencé a reírme.

Liam me puso la mano en el hombro.

-Disfruta de las vistas.-me dijo, mirando hacia el frente.

Le seguí la mirada y vi que estaba frente a la ventana y que desde ella se veía perfectamente la luna.

Después, me susurró al oído.

-Si vuelves a rebelarte contra mí, te arrancaré las piernas y disfrutaré viendo cómo te desangras.-me apretó el hombro con fuerza y se fue.

Y allí me quedé, atada al palo, bañada por la luz de la luna, mortalmente asustada.

Peter se sentó en un sillón y se puso a hablar con Liam y tres de ellos, Spike no sé dónde estaba y el cara rata me miraba fijamente desde una esquina.

Intenté escuchar lo que decían.

-¿Y ahora qué vas a hacer con ella, Peter?

-Desde luego, huele divinamente. No exagerabas, tío, cuando nos lo contaste.

-Supongo que tocamos todos a un poco, ¿no? Tú el primero, Peter, claro.

-Tengo que saber qué sangre tiene.-reconocí la voz del cara perro.-¿Qué sangre tienes, bonita?

Por mentirme con lo de bonita no quise responderle. Me repitió la pregunta en un tono más elevado y vi emerger la cara de Liam. Me acordé de su amenaza.

-A-A… A negativo.-respondí.

-¡A negativo! Claro que sí, ese olor es inconfundible.

Dejé de oír, porque ya no me interesaba.

Iban a matarme, estaba claro. Ya fuera porque me “rebelara” o porque todos quisieran un batido con mi sangre. Iba a morir.

Me acordé de mi alocada madre, que me había llamado para felicitarme un día que no era mío, de mi hermano, de toda mi familia.

Me acordé de Carol, de Rebe, de Silvia… de Dougie, de Harry, de Tom y de Danny. Tom y Danny.

Recordé la cara de Danny cuando me dijo que no me fuera, la cara de Tom al pedirme que me quedara.

Era curioso. La noche de antes había estado con Tom de Party Hard y ahora iba a morir.

De pronto, caí en la cuenta. No les iba a ver nunca más. A ninguno. No Carol, no Dougie, no Harry, no Tom, no Danny. Nunca más. Los ojos se me inundaron de lágrimas y todas las ganas de luchar se me disiparon.

Iba a morir. Tom no volvería a abrazarme. Danny no volvería a besarme. Todo habría acabado.

Era algo que había sabido en el mismo momento en el que le dije a Peter que me iba con él. Sabía que si me iba no volvería a verlos nunca y me hubiera gustado despedirme de ellos, decirles adiós, Peter me había quitado hasta eso.

Pero, aunque supiera que iba a morir y puede que de la peor y dolorosamente manera posible, sabía que había hecho lo correcto. Si Danny hubiera muerto poco hubiera tardado yo en morir también. ¿Qué más daba antes que después? Así, aunque yo muriera, él podría seguir viviendo y eso es lo que me importaba.

Negué con la cabeza. Iba a morir y estaba pensando más en Danny que en Tom. ¿Sería que de tanto estar con la banda de gilipollas de Peter me estaba volviendo gilipollas yo también?

Yo quería mucho a Tom, mucho. Pero, ya que yo no iba a estar, le deseaba lo mejor con quien fuera, porque lo acabaría superando. Tenía toda una vida inmortal para ello.

Y, a vista de que iba a fallecer en poco tiempo, creo que ya iba siendo hora de ser honesta conmigo misma. También quería a Danny, siempre lo había querido. Él no sabía cuándo y con cuánta intensidad. Recordé la primera vez que le vi en aquel parque, las fotos que nos hicimos, la púa que me dio, bailando en su camerino, gritándonos todo el día, riendo, dándome un beso… Ahora, cuando tenía las horas contadas, me arrepentía de no haber intentado nada con él. Harry tenía razón. Yo no podía engañar a nadie.

Iba a morir queriendo a Danny cuando antes me moría por quererle.

Verdaderamente, merecía ser la líder de la banda de Peter, porque era la mayor gilipollas de la historia.

-Bueno, podéis hacerle lo que queráis, pero nada que pueda matarla, ¿de acuerdo? De momento, la quiero viva.-dijo Peter.

Ni me molesté en lamentarme de mi suerte. Para qué…

Miré la luna y oí la voz de Tom en mi mente “Pide un deseo” y oí mi propia voz que decía “Estar todos juntos para siempre”.

Hace nada que había pedido ese deseo… ¿y yo ya iba a destrozarlo dejando que me mataran? No. Yo había pedido eso por él, por nosotros, por todos, y por ellos lo iba a cumplir. Por ellos iba a escapar. Por ellos iba a vivir.

El cara rata se me acercó mientras yo tramaba planes de huida.

Se puso en cunclillas a mi lado, sin dejar de mirarme.

-¿Qué quieres? Fuera.- dije, intentando darle una patada, pero él me cogió la pierna. Antes de que pudiera decirle que la soltara, ya me había clavado los dientes en ella y succionaba con fuerza.

Grité.

Eso puso sobre aviso a Peter y a los demás, que se acercaron para ver qué pasaba.

“Seguro que Peter da una orden y para”-pensé.-“No dejará que me hagan daño, que se propasen conmigo, me quiere viva”.

Peter sonrió.

-Procura dejar algo para los demás, ¿vale, James?

Y no dijo nada más.

Le maldecí para mis adentros mientras me retorcía e intentaba que James me soltara.

Lo hizo. Se levantó y, con la mano, se limpió la sangre, mi sangre, de la boca.

-Gracias por la comida.-dijo, y se fue.

-Malnacido.-le dije mientras apoyaba la cabeza en la columna, mareada.

Si Danny supiera que un desconocido había bebido de mí antes que él, nos mataba a ambos.

Cerré los ojos para tratar de relajarme. Cuando llevaba alrededor de una hora apareció el cara perro.

-Lamento despertare-su tono de voz indicaba que no le importaba en absoluto- Pero tengo que cenar y no me gusta comer solo.

Le iba a decir que qué me importaba a mí cómo le gustara comer a él cuando me clavó los dientes en el brazo.

Grité y pataleé, pero no conseguí nada.

Finalmente, cuando terminó, dijo:

-Gracias por hacerme compañía. Te veo en el desayuno. Por cierto, sabes realmente bien. Hablaré con Peter. Me gustaría comer más veces contigo.

Y se fue.

Pataleé de nuevo, mareada e indignada. ¿Para esto es para lo que había quedado? ¿Para ser la cena de unos vampiruchos?

Mi sangre no era para ellos. Para ellos, no.

Tan mareada como estaba, caí en un sueño muy turbio, interrumpido varias veces por sueños en los que veía a los vampiros que me habían mordido.

Casi al amanecer, alguien me tapó la boca con la mano y me desperté.

Por el rabillo del ojo vi a Liam.

-Veamos si sabes tan bien como dicen.

Y me mordió en el hombro.

Como no podía gritar, me revolví con fiereza, pero no me sirvió de nada. Solo para poner más frenético a Liam y que me mordiera con más fuerza.

Desee estar con Danny, donde sus brazos podrían protegerme de aquel dolor incandescente que sentía, o con Tom quien con sus palabras podría hacerme sentir segura. Deseé estar lejos de allí. Deseé estar muerta.

-Pues tenías razón. Eres la mejor que he probado. Haznos un favor a ambos-dijo, dándome unos golpecitos de la cabeza-Procura no darme razones para matarte y así no tendré que hacerlo. Y yo podré comer, ¿vale?

Y se fue.

-Cabrón.-le dije, antes de desmayarme.

Me despertaron entrada la mañana. Querían que comiera un donut y un café. (De donde lo habían sacado, no lo sé)

No quise probarlos.

-Has perdido mucha sangre-me dijo un tal Sammy- Tienes que comer.

Ja, ni que estuviera preocupado por mí. Lo único que le preocupaba era que yo tuviera sangre en mis venas que poder beber.

-No la he perdido, me la habéis quitado.-dije, en tono acusador.

Todos se rieron a mi costa.

-Dejadme solo con ella, ya me ocupo yo de que coma.-dijo Liam.

“No, por favor. No me dejéis sola con Liam, con él no, por favor”-pensé.

-Vale, lo dejamos en tus manos.

Y Peter y los demás se fueron al salón. Les oí poner la tele.

-Bueno, pues parece que estamos solos tú y yo.-dijo Liam.

Me tembló el labio. Aunque no quería, tenía miedo.

-Come.-me ordenó.

-No.

-¿Eh?

-No, no tengo hambre.

-No te he preguntado si tienes hambre o no, te he dicho que comas.

-Tú a mí no me mandas.

Liam echó la cabeza hacia atrás y soltó una sonora carcajada que me puso los pelos de punta.

Se agachó a mi lado, me cogió del pelo y tiró hacia atrás, dejando mi cuello al descubierto. Sentí sus dedos recorriendo mi cuello, la dirección de la vena principal, en el sentido que fluía mi sangre.

-Sabes que puedo hacerlo. Un solo mordisco… y se acabó.

-No, Peter me dijo que me quería viva. No puedes hacerlo. Él te mataría.

Liam rió.

-Chica lista.-me soltó el pelo.-Pero yo en tu lugar, pediría que me mataran.

-¿Por qué iba a hacer yo eso?

-¿Acaso sabes por qué Peter te quiere viva?

-¿Lo sabes tú?

Volvió a reír.

-Empiezas a caerme bien. Peter te quiera viva porque sabe que tus amigos vendrán a buscarte.

Aquello me dejó descolocada.

-No, no lo harán. Ayer fue el final.

-Sí, sí lo harán. Hasta yo, que no los conozco, estoy seguro de ello.

-Y, bueno, en el hipotético caso de que lo hicieran… ¿qué pasaría?

-Peter te haría ver cómo mueren. Eso le divierte. Quiere vengarse de ti, pero no quiere librarse de ti, ¿me entiendes? Después de eso, supongo que te convertirá y serás una más de nosotros. Supone que ver morir a todos tus amigos será suficiente castigo para ti.

Parpadeé varias veces para evitar que las lágrimas se me escaparan.

Peter era… el mayor cabronazo de la historia. Había planeado todo esto sabiendo que mis amigos sí que vendrían a buscarme. Solo esperaba que él estuviera equivocado y que no vinieran. Por una parte, yo esperaba que lo hicieran, pero si lo hacían… sería, definitivamente, el final. Y Peter me condenaría a una vida inmortal de culpa, de remordimientos. Su jodido plan era perfecto.

-Él me lo ha contando todo. Empezará por esa amiguita humana tuya, después le tocará al rubio ese, seguido por el de pelo negro que estaba a tu lado ayer. El otro, el de delante de ti, será el próximo y ha querido dejar a ese querido amigo tuyo, ¿cómo se llama?... Ah, Danny, para el final.-mientras me lo contaba, tenía una sonrisa macabra dibujada en el rostro.-Sí, no me gustaría ser él… al contrario que los demás, no lo mataremos rápidamente, con él nos entretendremos un poco más. Lo haremos despacio, para que tú no te pierdas nada…

-¡No le vais a tocar un pelo!-dije- ¡Antes os mataré yo!-escupí a Liam en la cara.

Liam me pegó otro bofetón, que me hizo ver las estrellas que ayer por culpa de la potente luz de la luna no pude ver.

-Te aplastaría la cabeza ahora mismo-dijo, mientras se estrujaba las manos- Pero esperaré a que seas como yo, cuando hayas pasado de tu débil condición de humana y ahí arreglaremos cuentas.

-No tengo miedo.-dije.-No de alguien como tú.

Le aguanté la mirada.

Después, Liam cogió el desayuno y lo tiró por la ventana.

Sin dejar de mirarme, se fue con Peter.

-¿Ya ha desayunado?-preguntó.

-Sí, te dije que lo dejaras en mis manos.

No sabía si lo que acababa de hacer era por mí bien o por mí mal. Si no comía, no podría fabricar más sangre y moriría en poco tiempo.

Decidí que no me importaba lo que Liam hiciera, pero lo que me había dicho era de suma importancia.

Tenía que huir. Ya no por mí, sino por ellos. Por mis amigos. Sus vidas dependían de lo inteligente que fuera mi plan de huída, así que me puse a crear uno.

Pero por más que pensaba, no se me ocurría nada. No podía evitar pensar qué estarían haciendo mis amigos, en ese momento.

Espera. ¿Dónde estaba Rebe? No había vuelto a verla desde ayer. ¿Y sí se había quedado con ellos? ¿Y sí…? De pronto, lo entendí todo. Tenía que huir. Ya.

Miré por la ventana. El sol se estaba escondiendo y ya llegaba el anochecer. Y yo ya tenía mi plan.

Había sido un día horrible. Cada hora, uno de los integrantes de la banda de Peter se había pasado a “comer” y yo estaba en las últimas. Cada hora, Liam me había traído algo de comer y de beber, pero todo había salido por la ventana. Los vampiros bebían poco de mí, pero al no poder rellenarme, me estaba quedando vacía.

Para colmo, al cara rata le había parecido gracioso tumbarse sobre mis piernas y decirme que cuando fuera de su banda todo sería más divertido porque habría cosas lascivas.

Por fin, cuando vi la luna en el cielo, decidí pasar a la acción.

-Hola, hola.-dije, intentando llamar la atención de alguien.

-Spike, ve a ver qué quiere.-dijo Peter, que estaba con los demás viendo un partido del Liverpool, creo.

Spike, a regañadientes, se levantó y vino a mi encuentro.

-¿Haber, qué quieres?

-Quiero mear. Llevo todo el día bebiendo y me meo.

Spike me desató las manos. Tenía los brazos doloridos por estar tanto tiempo en aquella incómoda posición, así que los moví en el aire. Pero poco me duraron, porque Spike me ató las manos tras la espalda.

-Vamos.-dijo, mientras me arrastraba de un brazo.

Me llevó hasta el baño.

-¿Tú pretendes que mee aquí?-dije.-Este baño está hecho una mierda.

Era verdad, estaba sucio hasta decir basta.

-Bueno, ¿y qué quieres?-dijo, molesto.-No tenemos servicio de limpieza.

-Llévame fuera. Prefiero un arbusto antes que…que…esto.

Puso los ojos en blanco y me sacó fuera.

Aspiré el puro aire.

-Bueno, mea.

-Sí, claro. Con las manos atadas, ¿no?

-Está bien, te las suelto.

Así lo hizo.

Me dirigí a un arbusto cercano.

-¡Pero no mires!-dije, molesta.-¡Date la vuelta!

Resopló, pero lo hizo.

-No tardes.-me dijo.

Me refugié en el arbusto e hice como que hacía pis.

-¡Gol!-gritaron entonces desde dentro de la casa.

-¿De quién?-Spike entró para ver el gol.

“Ahora”-pensé. Y eché a correr a través de la recta hilera de árboles.

[POV Danny]

Por respeto a Carol, ninguno hablamos esa noche.

Cuando despertó, por la mañana, bajamos a desayunar con ella. Ninguno decíamos nada.

El día trascurría lenta y pesadamente. Parecía que la noche, la hora de ir a buscar a Cris, no llegaría nunca.

Tom estaba tumbado en su cama, mirando el techo.

Carol y Rebe hablaban sentadas en la cama de Harry, que se había ido al gimnasio. Dougie intentaba animarme, porque sus intentos por animar a Tom habían sido infructuosos.

-Ya verás, Danny, cuando vayamos a buscarla como está bien.-decía.

-Pero…¿y si no? ¿Y si no está bien? ¿Y si… la han hecho algo?

Dougie negó con la cabeza.

-Ella está bien, Danny.

Yo jugueteaba con el móvil de Cris, me lo pasaba de una mano a otra y eso. Tenía una de las fotos que nos hicimos en el parque la primera vez que nos vimos de fondo de pantalla.

-Todo es por mi culpa. Si me hubieran matado ayer, ahora ella estaría aquí, con vosotros.-dije.

-No digas eso, Danny. Fue decisión suya el marcharse.

-Para salvarme.

-Nadie la obligó a ello, fue su elección.

-Prácticamente, no tenía otra opción.

-Podía haberse quedado con Tom, pero no lo hizo. No le des más vueltas, Danny. Esta noche la tendrás de nuevo correteando y gritándote por aquí.

-Tengo un mal presentimiento con respecto a eso.

-Ella no está muerta, Danny.

-No es eso. Imagina… que vamos por ella… y uno de nosotros no vuelve.

-Danny, no vas a morir. Nadie lo va a hacer.-sentenció Dougie.

-Dame una sola razón para no salir ahora mismo a por ella.-le pedí.

-Pues veamos… que ella no se fue con Peter para que tú ahora te suicidases de esta manera.

Sonreí.

-Vale, me has convencido.

Hablé con Dougie durante mucho más tiempo.

Harry apareció tiempo después y intentó animar a Tom, pero sin resultado.

Todos nos alegramos cuando Rebe dijo que ya era la hora de partir.

Dougie quería que Carol se quedara.

-Carol, puede ser peligroso. No nos darán a Cris por las buenas y puede que tengamos que pelear.-intentó razonar con ella Dougie.

-Sí tú vas, yo voy, Doug.-le dijo. A mí me sonó a eso de Titanic de “Si tú saltas, yo salto Jack”

-Pero no podré protegerte. Son demasiados y…

-No necesito protección, si llega el caso, puedo protegerme sola, ¿acaso no recuerdas ya quién mató a Kevin?-dijo, sonriendo.

Se abrazaron.

A mí me dio envidia. Ellos podían abrazarse y yo no.

-Tienes razón. Pero prométeme algo. Si ves que la cosa se pone fea, vete. Echa a correr. Ponte a salvo. No te preocupes por nosotros.-le dijo Dougie.

-No me iré sin saber si tú estás bien.

(Puke Raibows)

Salimos afuera. Estaba nervioso. No sabía lo que me iba a encontrar, y si iba a salir vivo de aquello.

-Seguidme-dijo Rebe.

Y todos, internándonos en los árboles, echamos a correr tras ella.

[POV Cris]

Se dieron cuenta de que me había intentado escapar.

Salieron de la casa y se subieron a los árboles.

Yo corría por el sendero, iluminado por la luna, y ellos me perseguían saltando de árbol en árbol rápidamente, prácticamente ya me habían alcanzado.

Por mucho que corriera, parecía que me movía a cámara lenta. Me interné en los árboles para que les fuera más difícil verme, aunque podía oírles gritar cosas, los árboles agitados tras su paso y sobretodo, oí mi respiración agitada.

Estaba demasiado débil.

Intenté pensar que al final de todo estaban mis amigos, estaba Tom. Que estaba Danny. La visión de esos ojos azules que me miraban con intensidad me hizo aumentar la velocidad.

Aunque seguía pareciendo que corría a cámara lenta, mientras que mis perseguidores eran muy rápidos.

Podía oír en mi mente la canción “Nowhere left to run”. “I´ve got nowhere left to run, I´ve got nowhere left to hide…”

Las ramas me arañaban los brazos y me rompían las mayas, pero yo no me iba a parar por nada del mundo. Con ayuda de mis Convers, sorteaba rocas o raíces en el suelo.

Mis captores me seguían persiguiendo. Les oí reírse. Para ellos esto era muy excitante, mientras que para mí era frustrante.

Entonces, alguien me golpeó con fuerza y me di contra un árbol. Sin mirar quién era, me levanté y seguí corriendo.

De nuevo, alguien me golpeó, pero esta vez con el triple de fuerza y salí despedida. Caí en medio de una llanura, toda llena de césped. A mí alrededor no había un solo árbol. Todos estaban, en círculo, a bastantes metros de mí.

Abrí los ojos y lo único que vi fue la luna en el cielo. Entonces, alguien asomó la cabeza.

Liam.

-Por favor…-le dije. Iba a decirle que me matara rápidamente, pero antes de que pudiera decirle nada, Liam se dio la vuelta y se fue.

No me lo podía creer. Liam me había ayudado. Eso era increíble.

Quise levantarme, pero no pude. Mi cuerpo no me respondía.

Oí unos pasos y supuse que Liam había vuelto para buscarme.

Cuál fue mi sorpresa al sentir que algo se me caía encima. Fui consciente de ello cuando tuve la cara de Peter pegada a la mía.

-¿Adónde pensabas irte, eh?

-Lejos de ti.

Apartó su cara de la mía, pero aún seguía sentado sobre mí.

Me agarró de los hombros y me levantó. La cabeza me cayó hacia atrás. Tenía el cuello totalmente a su merced.

-Por…favor…-no tenía ni fuerzas para decirle que no me hiciera nada. Había hecho demasiado esfuerzo para la poca sangre que tenía.

-No me dejas otra opción.

Sentí su aliento en mi cuello y sentí llegar el fin. Pero el fin no llegó.

Peter se había detenido.

-Haha, aquí estáis.-dijo.

Abrí los ojos, que los había tenido cerrados.

Aunque los veía del revés, porque tenía la cabeza colgando, los distinguí perfectamente.

Eran ellos. Eran mis amigos. Era Danny.

-Danny.-dije.

En ese momento, sentí como si me atravesaran unos alfileres incandescentes y derraman dentro de mí la lava más ardiente del centro de la tierra.

Grité con todas mis fuerzas.

Peter me había mordido.

2 comentarios:

  1. ¡¡¿PERO POR QUÉ LO TIENES QUE CORTAR JUSTO AHI!?!?!!??! ¬¬

    (De Puke Rainbows nada...e__e)

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  2. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH TE MATOOOOOOOOOO!
    ¿COMO LO DEJAS AHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII? D:
    Ajajajajaja joder si me vieras a mi, claudia en el teléfono, y leyendole la parte en que ellos partían hacia el bosque, con música de esta de las películas de intriga cuando los buenos y los malos se van a pelear, ahi música de esta que mola mucho.... AJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJ XD
    Me ponía nerviosa mientras que iba leyendo y escuchando la musiquilla esta xdddddddddddddd
    Joder XD Como lo dejas ahi? Te mato Cris¬¬
    Le digo a Claudia por el teléfono: AAAAAAAAAH QUE LE HA MORDIDO! Pero.. DONDE? O.O
    Claudia: EN EL CUELLO IMBECIL XD
    jajajajajajajaja xddd sube el 25 que me mueeeeeeeero D:::

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