miércoles, 12 de octubre de 2011

~Capítulo 21~

Me veía a mí misma, arrodillada ante mí con el rostro totalmente destrozado por el dolor. Hablando de dolor…me dolía mortalmente el pecho. Lo miré. ¡Horror, tenía clavada una estaca!

Entonces, recordé qué momento de mi vida estaba reviviendo. ¡Cuando Tom casi se muere! ¡Y yo lo estaba viviendo desde el punto de vista de Tom! En ese momento, era cuando dejaba que me mordiera. No quería hacerlo, pero esto me dolía tanto que…

-¡Ahhhhhh!-grité, incorporándome rápidamente.

-¿Qué te pasa?-me preguntó Tom, alarmado, mientras también se incorporaba, me pasaba un brazo por los hombros y me atraía hacia él.

-¿Qué ocurre?

-¿Quién ha gritado?

Harry, Danny y Dougie también se incorporaron.

Yo respiraba con nerviosismo, me faltaba el aire.

-¿Qué te pasa?-repitió Tom, mientras me apartaba el pelo que se me había quedado pegado en la frente.

-He…he…tenido un sueño.

-¿Salía yo?-preguntó Danny- Eso podía explicar porqué acabaste gritando.

Sonreí.

-N-no, no salías tú. Era…bueno…el momento…cuando casi te mueres, Tom, y me mordiste…solo que lo vi como tú, desde tus ojos.-me llevé la mano al pecho, donde, en mi sueño, hace unos instantes, tenía clavado aquel madero.-Y el dolor… ¿tanto te dolió?

-Eso ahora no tiene importancia.-respondió.

-Es extraño…Carol soñó lo mismo, quiero decir, cuando la mordí en el tobillo, ella vivió lo que yo había vivido. Y, más tarde, a mí me pasó también…-dijo Dougie. Vaya, eso mi amiga no me lo había contando.-¿A ti no, Tom?

Todos le miramos.

-Sí, a mí también. Lo vi desde su punto de vista.

-¿Cuándo?

-En el hospital, poco después…de morderla.

-¿Y por qué no me lo dijiste?-pregunté, herida.

-No quería preocuparte.

-Lástima que no lo hayas conseguido.-dije.

-Será mejor que intentes dormirte de nuevo-me aconsejó el bueno de Harry.

-No sé si podré…-dije lastimeramente.

-Oh, claro que podrás.-dijo Tom, dándome un beso en la frente.-Todos estamos aquí contigo.

-Gracias.

Volvimos todos a acostarnos. Aunque había poca luz, podía ver que Tom tenía la camiseta del pijama abierta y se le veía el tatuaje de la estrella. Puse un dedo sobre ella y comencé a dibujar el contorno sobre su pecho. Aquello me relajaba.

-Me la vas a borrar.-dijo.

Yo reí.

-No creo.

Sonrió.

-Duerme.

-No puedo.

Me abrazó y comenzó a cantarme POV. Quise decirle que eso no valía, que era trampa, pero me quedé dormida antes siquiera de abrir la boca.

Me desperté y Tom estaba a mi lado, sonriente, aún abrazándome.

-Buenos días.-dijo.

-Hum-le contesté con voz ronca y procedí a estirarme.

Eché un vistazo a la habitación. No había nadie.

-¿Dónde están los demás?

-Han bajado a desayunar. Decidimos no despertarte, ya que parecías estar en la gloria.

-Y lo estaba.

Rió.

-¿Quieres que bajemos?

-No, quiero quedarme aquí contigo. Solo contigo.

-Por mí bien, pero…¿qué les decimos a estos?

-Que se vayan al cuerno.

Reímos los dos.

-Tienes que ir al médico.-me recordó.

Puse los ojos en blanco y dejé caer la cabeza sobre la almohada, que había tenido todo el tiempo apoyada sobre su hombro.

-¿En serio es necesario?

-Me lo prometiste ayer.

Suspiré.

-Vale, vale. Iré. Pero…sólo si me das un beso.-le chantajeé.

No tuve que repetirlo dos veces.

Mientras me besaba, rodé sobre mí misma y me puse sobre él.

En ese momento, nuestros queridos y oportunos amigos entraron por la puerta, pillándonos en aquella comprometida situación.

-¡Seréis cochinos!-nos dijo Dougie mientras Harry nos señalaba, daba palmas y se reía. Carol le imitó. Traidora.

-¡Cállaos la boca!-dije, mientras me reía y volvía a tumbarme sobre la cama.

Miré a Danny. Estaba serio, cosa rara en él, con las manos metidas en los bolsillos.

-Ahora entiendo porqué no querías bajar con nosotros, Tom-dijo.

-Esas cosas se avisan.-dijo Dougie.

-Que os peten.-les respondí.

Me senté en el borde de la cama, fui a levantarme, me lo pensé mejor y me tiré sobre Tom.

-No intentes distraerme, al médico, venga.-dijo este.

Hinché los mofletes en un acto de extrema frustración.

-No creo que hoy podamos salir-dijo Danny, dejándose caer sobre una silla.-Hace un sol…

-Sí, y no hay ni una sola nube-le respaldó Dougie.

-Pues no voy-dije, feliz.

-Oh sí, sí que vas.-había que ver cuando se le metía algo a Tom en la cabeza.

-Si quiere, puedo acompañarla yo.-dijo Carol. ¡Acababa de acordarme de que tenía una amiga a la que no le dañaba el sol!

-Vale, vosotros ganáis.-dije, abatida.

Me vestí.

Tom insistía en que fuéramos en la furgoneta que los llevaba a ellos, pero declinamos su oferta.

-No nos vendría mal andar un poco. Estamos faltas de rayos UVA.-le dijo Carol.

-Además, está a un tiro de piedra de aquí.-dije yo.

-Ya, pero…

-Tom, no nos va a pasar nada a plena luz del día.

Asintió y me puso una mano sobre la cabeza.

-Más vale.

Le di un beso en la mejilla y Carol y yo salimos de allí.

-Creo que tienes que contarme muchas cosas.-dijo.

-Pues anda que tú a mí…

Salimos fuera del hotel y dejamos que la luz del sol nos diera de pleno.

-Lo echaba de menos-me dijo.

-Sí, la verdad.

Echamos a andar.

-Bueno…¿quién empieza?-preguntó-¿Tú o yo?

-Tú, obviamente.

-No sé para qué pregunto si ya sé la respuesta…

-Bueno, que sí, pero a lo importante… ¿qué pasa entre tú y Dougie? ¿Eh, eh?-pregunté, dándole un codazo.

-Podría preguntarte lo mismo con Tom y Danny.

-Podrías, pero ahora es mi turno.

-Vale…pues…hubo…un beso.

-¿Qué? ¿De verdad? ¡No me lo creo!

-Sí, fue…cuando tú estabas en el hospital y él y yo en el hotel…

-Nada mejor que una amiga en el hospital para lanzarse. Claro que sí. Bueno…¿y qué más? ¿Cómo fue?

-Fue orgásmico.

-LOL!

Y empezamos a reírnos.

-Pero, desde entonces, nada más. Estoy un poco desconcertada.

-Dale tiempo al chaval.

-Ja,ja. Me toca. ¿Se puede saber qué te traes con Tom y Danny?

-¿Yo? Nada.

-Esto es raro. Antes de venirnos a Londres, estabas loca de amor por Danny y ahora lo tienes aquí y lo cambias por Tom. No te entiendo.

-Las cosas cambian.-respondí, quitándole importancia y encogiéndome de hombros.

-No te creo.

-Quizá Danny no fuera como yo creía.

-Es exactamente como tú creías que era.

No respondí.

-Además, no te creo cuando dices que ya no te gusta.-dijo.

-Yo no he dicho eso.

-Pues da esa impresión. ¿Recuerdas los gritos que pegabas cuando veías fotos de él con flequillo? ¿Y los lloros por lo adorable que está con esas camisetas de pico que él se pone? Eso no se olvida de un día para otro.

-No lo he hecho.

-Pues lo parece. ¿Sabes lo que creo? Que estás con Tom solo para olvidarle a él. Y tal y como quieres, él acabará por perder el interés por ti y lo perderás…pero vamos, es tu vida, haz lo que quieras.

-Tú dedícate a besar a Dougie y calla.-la respondí.

-Bitch.

Reímos.

-Pero piensa en lo que te he dicho…¿vale?

-Sí, mamá-dije.

Sin darnos cuenta, habíamos llegado. Esperamos un rato y me llamaron.

Me miraron el brazo y le hicieron mil cosas extrañas. Finalmente, me dieron un veredicto.

-Su brazo está bien. Si acaso, ha tenido una fisura, pero ya está bien.

-¿Me está diciendo…qué he llevado una escayola para nada?-pregunté.

-Básicamente, sí.

Me acordé del sonriente médico de Bristol y me dieron ganas de matarlo.

Salimos del hospital tramando planes para asesinarlo pero haciendo que pareciera un accidente.

Llegamos a un escaparate donde había guitarras expuestas.

-¡Dios mío! Quiero entrar-dijo Carol- ¿Vienes?

-No, creo que me quedaré aquí fuera esperando, disfrutando del sol.

-Como quieras, ahora vuelvo.

Y entró.

Oí un sonido detrás de mí y me giré justo a tiempo para ver cómo alguien me agarraba del brazo y me arrastraba.

De pronto, me vi en un callejón mal iluminado, con una figura envuelta en un grueso abrigo del piel largo. Dios, qué calor.

La figura se movió y se desprendió del abrigo. Era una chica. Llevaba un traje de limpieza, que estaba roto por varios sitios y parecía bastante desgastado.

-¿Qué hacías con Tom anoche?-me preguntó, así, sin más.

Parpadeé, sorprendida.

-¿Nos espiaste?

Asintió.

-¿Pero nos conoces?

Desde luego, mis preguntas eran muy brillantes.

-A él sí.

-Ah.

Normal, acababa de caer en la cuenta de que Tom era galáxicamente conocido.

-No me apetece repetir la pregunta-dijo. Había algo en aquella chica que no me gustaba y no, no era solo su traje.

-Pues…estaba con él, dando una vuelta.

-Lo tenías abrazado.

-Porque tenía frío.

-Luego lo besaste…¿también tenías frío?

Oh, pillada.

-Bueno, ¿y si lo besé, qué? ¿Qué te importa a ti?-la espeté.

Ella rió. No sé qué tenía gracia.

-¿Nunca te has preguntado por qué los cuatros son vampiros?-¿cómo sabía ella eso?- ¿No te ha contado tu querido nada sobre mí?

-¿Qué tienes tú que ver con él? ¿Por qué me tendría que haber hablado sobre ti?

-Pues…porque yo fui quien lo convirtió.-dijo, sonriente.-Él es lo que es por mí.

Vampiro. Esa chica era otro vampiro. Claro, todo encajaba. Callejón pésimamente iluminado, el abrigo que la cubría entera…Espera…¿y decía que fue ella quién transformó a Tom?

-¿Qué?

-Oh, pobre. No te han contando nada.

-No necesito tu compasión.

-Hum…veo que tendré que contártelo yo misma. Verás…tus cuatro amigos fueron a la casa a la que yo trabajaba para terminar de grabar su disco. Allí conocí a Harry, me enamoré de él y…-rió- mira como acabé por eso.

-¿Harry te transformó?

-Sí. Él era el único vampiro de los cuatro por aquel entonces. Después, una vez convertida, intenté atacar a Tom, pero escapó… Supe que antes o después lo cogería. Yo le gustaba…¿sabes?

-No tienes perdón. Aprovecharte de eso para…para…eres despreciable-dije, apretando las manos con fuerza.

-Tenía que comer, ¿sabes? No, claro, qué va a saber una humanucha como tú lo que es la sed…-me dijo en tono despectivo.

La miré con enfado.

-Ellos idearon un plan para matar a Harry, ya que habían descubierto lo que era.-prosiguió.

-¿Intentaron matar a Harry?-la imagen de un Harry sonriente se me vino a la cabeza.-No lo puedo creer. Es imposible.

-Créelo, es la verdad. Le clavaron a Harry una estaca en el pecho. Los otros dos salieron corriendo, pero Tom se quedó allí, de pie, aterrado al lado de su amigo… Hasta que salté sobre él y lo mordí. Mis amigas se encargaron del resto.-sonrió.-Harry sobrevivió y todos quedamos como amigos. Pero mis amigas y yo teníamos otros planes y nos fuimos de allí. Antes de irme, Tom me pidió que no me fuera, que me quedara con él… Pobre, después de todo aún me quería… pero me fui. Y, ahora, me lo he pensado y he vuelto a por lo que es mío.

-Si con “mío” te refieres a Tom, ya puedes darte la vuelta e irte, porque no te pertenece.

-No serás tú quien me lo impida.

-Ya veremos.

Se lanzó sobre mí y la esquivé a duras penas. Agarré una lata de Coca- Cola del suelo y se la lancé. A grandes males, grandes remedios. La lata no estaba vacía del todo y le empapó la cara.

-¡Serás…!-gritó.

Cuando se llevó las manos a la cara para limpiarse los ojos, me tiré contra ella con toda la fuerza que pude y ella salió fuera del callejón y la luz del sol le dio de pleno.

Fue raro.

Empezó a desintegrarse. En un abrir y cerrar de ojos, ya era solo un montoncito de polvo acumulado en la acera.

-Pero Cristina… ¡¿qué has hecho?!-me preguntó Carol.

Eso me gustaría saber a mí, qué había hecho. Con los acontecimientos, no me había percatado de que mi amiga me había estado buscando.

-Tengo algo que contarte.-dije y se lo conté todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario