viernes, 30 de diciembre de 2011

~Capítulo 28~

[POV Dougie]

Me levanté del sillón y la perseguí. Por una vez me alegraba de ser un vampiro, porque de otra manera no hubiera podido alcanzarla.

La agarré del brazo, haciendo que se girara y me mirara.

-Eh, ¿qué te pasa?

-¿Te atreves a preguntarme qué me pasa? ¡Tú eres lo que me pasa!

-¿Yo?

-¡Sí! ¡Por mucho que haga no te das cuenta de nada! ¡No, claro que no te das cuenta! ¡Yo lo intento, pero nada! ¡Viene otra y, sí, ¿no?!

Hice lo que tenía que hacer y lo que realmente me apetecía.

La besé.

[POV Cris]

Cuando volvieron, iban cogidos de la mano. ¡Bien, Dougie me había hecho caso!

Le guiñé el ojo a Dougie y este me sonrió.

-“Lo hiciste aposta”-me dijo movimiento los labios sin pronunciar ningún sonido.

-“Lo sé”-le respondí de la misma manera.

Sabía que Dougie necesitaba un empujoncito y decidí ayudarle en cuanto vi que Carol y Danny venían por la ventana. Había visto demasiadas películas, pero me había salido el truco bien.

Esa noche, los chicos tenían concierto.

-¿Seguro que no queréis venir?-nos preguntó Tom por vigésima vez.

-No, Tom, ya te lo he dicho. Tengo frío.

-¿No estarás enferma, verdad?

Fruncí el ceño.

-No. Sólo necesito tu calor.

Le rodeé el cuello con los brazos.

-Poco calor voy a poder darte siendo vampiro.

-No me importa.

Y le besé.

-Tienes que irte.-le dije.

-Pero volveré.

-Eso no lo dudo.

Sonrió y se fue.

Bajé abajo, donde estaban mis amigas, Sam y Liam.

Las tres nos pusimos a hablar sobre nuestras cosas.

-Mañana es el cumple de Tom-dije-¡Y no le hemos preparado nada!

-Y el mío dentro de dos días-recordó Rebe.

-Los vampiros no cumplen años-dijo Sam.

-Cállate-le espetamos las tres a la vez.

-Los chicos tienen varios conciertos en Manchester, así que nos quedaremos unos días más.-dijo Carol.

-Perfecto.

-Pero… ¿qué se hace en un cumpleaños de vampiros?-pregunté.

-Los vampiros no cumplen años.-repitió Sam.

-¡Qué te calles!-dijimos las tres.

-Es verdad. No comen ni beben nada.

-Pues música y a bailar.

-Sí.

-Bueno, Rebe…

-¿Qué?

-Ahora, de las tres, tú eres la única que está soltera…¿eh? ¡Muahahaha!-Carol y yo nos reímos.

-Mirad, que os muerdo, ¿eh?

-Uhhhhhhhhh, qué miedoooooooooooo, jajajaja.

Tenía frío, así que subí a buscarme una manta o algo y me fijé en la cama que había en la habitación.

-No pasará nada si me tumbo un rato-dije.

Sí que pasó, sí.

Que me quedé dormida.

Al despertar, ya no tenía frío. Al menos, de momento.

-Buenos días-dijo Tom.

Estaba tumbado a mí lado, tocándome el pelo.

-Perdona por no esperarte ayer. Me dormí.

-No pasa nada.

-¿Qué tal ayer?

-Perfecto, como siempre.

Entonces, me acordé.

-Feliz cumpleaños.

Rió.

-Gracias, supongo.

Le di un beso.

-No me siento mayor, ¿sabes?

-Eso es bueno, no crezcas. No pude comprarte nada. Todas las tiendas estaban cerradas.

-No tiene importancia.

-Para mí, sí que la tiene. Me siento mal.

-No tienes por qué.

-Humm… Se supone que era una sorpresa, pero te lo voy a decir. Te hemos preparado una fiesta sorpresa.

-Oh, me imaginaba que lo dejaríais pasar así como así.

-Como también es el cumple de Rebe en breve…

-Vamos a felicitarla antes de tiempo.

-Uy, sí, verás qué ilusión le hace-dije, sarcásticamente.

Fuimos los dos a cantarle “Feliz, feliz no cumpleaños” y nos mandó a hacer puñetas a los dos.

Por la noche, pusimos música y bailamos en el salón.

Harry apareció con un lazo en la cabeza.

-Yo soy tu regalo-le dijo a Rebe.

Todos lloramos de la risa y a Dougie le embargaron los celos.

Bailamos por parejas. Carol y Dougie, Rebe y su regalo, yo y Tom y Danny y Sam. Liam no quiso.

Taladré a Sam con la mirada y esta me sacó la lengua. ¡Ah, cómo la odiaba! Sonreía, la muy golfa, mientras bailaba con Danny. No podía evitar mirarles y sentir que algo se encendía dentro de mí. Odio.

-¿Ocurre algo?-me susurró Tom al oído.

Le miré y sonreí.

-No. Todo es perfecto.-dije, mientras le daba un beso de esquimal. Me puse de puntillas y le susurré al oído todo lo seductoramente que pude.-Subamos arriba.

Él sonrió y asintió.

Le cogí de la mano y subimos arriba. Nadie notó nuestra desaparición y, si lo hicieron, no dijeron nada.

Me tumbé en la cama y él se tumbó sobre mí.

-Llevaba mucho tiempo sin ti-le dije.

Él por toda respuesta me besó.

Esa noche, hubo Party Hard.

Me desperté por la mañana. Por la ventana, vi unos intensos nubarrones negros que descargaban un torrente de agua.

Estaba tumbada boca abajo y Tom me dibujaba círculos en la espalda.

-Buenos días-me dijo.

Me giré y le miré.

-Te quiero.

-Yo también.

Estuvimos un rato haciendo el chorra en la cama, quitándonos la manta y haciéndonos cosquillas.

[POV Danny]

Me apetecía hablar con Cris, así que fui a buscarla. Ayer desapareció en la fiesta con Tom y no volvimos a verles el pelo, por lo que me fue imposible hablar con ella.

La puerta de su cuarto estaba cerrada. Fui a abrirla, pero oí su voz. Se reía. Y Tom, también.

No abrí la puerta, me quedé allí escuchando.

[POV Cris]

-Tengo frío-me quejé.

-Lo preví y te saqué esto-señaló una camiseta de manga larga y unos vaqueros.

Me vestí y, riéndonos, bajamos con los demás.

Allí estaban todos, todos, menos Danny.

-¿Dónde está Danny?-pregunté.

-No sé-dijo Liam-Se fue hace rato.

-¿Se fue dónde?

-No sé, cogió la puerta y se largó.

-Tom, déjame tu móvil-le pedí.

Llamé a Danny. No contestaba.

Corrí hacia la puerta, me metí de un salto en las manoletinas y salí corriendo.

-¡Voy a buscarlo!-dije, antes de cerrar la puerta tras de mí.

-¿No vas con ella, Tom?-preguntó Harry.

-Si hubiera querido que fuera con ella, lo habrá dicho-dijo Tom-Algo me dice que quiere ir sola.

Fuera, diluviaba. Casi no veía más allá de mis propias narices.

Seguí llamándolo por teléfono, pero seguía sin contestar.

-¿Dónde demonios se habrá metido?-pregunté, mosqueada.

Y le vi.

Unos metros por delante de mí.

-¡Danny!-le llamé.

Este se dio la vuelta.

-¿Cris?

-¡Yo!-dije, yendo hacia él- ¿Por qué has salido así, sin decir nada? ¡Me has asustado!

-Necesitaba pensar.

-¿Pensar bajo la lluvia? ¿Pensar sobre qué?

-Sobre ti.

Y me besó.

Sí, estaba mal, aquello estaba mal. Sabía que tenía que apartarlo y regañarlo, pero no lo hice, al contrario. Hundí las manos en su pelo mojado y lo atraje más hacía mí. Sí, aquello estaba mal… pero en ese momento eso no me importaba.

Danny hizo ademán de separarse, pero yo me pegué más a él. Finalmente, le permití soltarme.

-Tenemos que volver-dijo-Estás empapada.

-Y tú.

-Yo no puedo morirme de hipotermia, pero tú sí.

Volvimos los dos.

Nada más cruzar la puerta, Tom apareció volando con una toalla.

-¡Cris, estás empapada!

-Es que Danny yo nos hemos bañando en un charco, ¿verdad?

-Verdad-me secundó este.

Tom me tapó con la toalla y me abrazó para intentar darme calor.

-¿Y yo qué?-preguntó Danny.

-Tú no puedes morirte de frío-le dijo Tom.

-Pero si de falta de cariño.

Reí aunque sabía que, en el fondo, el comentario iba para mí.

-Voy a subir a cambiarme-anuncié.

Ya de paso, me di una ducha.

Por la noche, los chicos dijeron que querían irse a cazar.

-Yo no voy-dijo Danny-Ya comí por la mañana.

Sabía que era mentira.

-Pues a mí no me dejáis aquí-dijo Carol-Estoy harta de quedarme en casa.

-Bueno, vale, vente-le dijo Harry.

-¡Bien!

-¿Y tú?-me preguntó Tom-¿Vienes?

-Oh, no, Tom. Yo me quedo.

Los ojos de Tom pasaron de mí a Danny, de Danny a mí.

-Está bien. Volveremos en unas horas.

Todos salían por la puerta.

-Te echaré de menos-le dije.

Me guiñó un ojo y se fue.

-Te echaré de menos-repitió Danny burlonamente.

-Tú te callas.-dije, mientras me sentaba en el sillón.

Danny se sentó a mí lado y se empezó a acercar.

-Danny, no te acerques.

-Pero si no me estoy acercando.

Se acercó descaradamente.

-¡Danny!

-¡Pero si no hago nada!

Prácticamente, estaba encima de mí.

Yo respiraba de forma irregular.

-¿Te pongo nerviosa?-me preguntó.

-No, son las luces del techo-dije, con sarcasmo.

-Entonces apaguémoslas.

-Uy, sí.

Suplicaba que no se acercara más, porque cada vez me costaba más contenerme. Hasta que llegó un punto en el que no pude contenerme más.

(¡Esto lo escribió Rebe. Yo no tuve nada que ver. Atentamente, Cris!)

Le besé con pasión, le pasé los brazos por el cuello y le agarré por la cintura con las piernas.

Danny se levantó y subió las escaleras, hasta mi cuarto.

Abrió la puerta y entró en la habitación de espaldas, hasta que se golpeó con la cama. Se sentó en ella colocándome sobre sus piernas de manera que yo quedara frente a él mirándole a los ojos. Unos ojos que brillaban con infinita ternura.

Acercó su cara a la mía y me volvió a besar, esta vez de manera suave y pausada. Yo abrí lentamente los labios, buscando su lengua, como respuesta, él gimió.

Se apartó un poco de mí y metió sus manos por debajo de mi camiseta, acariciando el centro de mi espalda, levemente con el dedo, de arriba abajo. Yo sentí que me derretía y le abracé con más fuerza, para acercar mis labios a los suyos una vez más.

Sentía el pequeño temblor que le recorría y cómo él me agarraba con intensidad. También noté cómo soltaba el broche de mi sujetador y lo lanzó a la pared con rapidez.

-He esperado esto durante mucho tiempo, Cris-me susurró contra mi pelo.

Me estremecí al oírle decir mi nombre de aquella manera tan desesperada y llena de júbilo al mismo tiempo. Entonces, empecé a sentirme culpable y vacilé antes de besarle de nuevo. No podía dudar, Tom era mío… pero en ese momento, yo le pertenecía a Danny y él a mí.

Le quité la camiseta con avidez, mientras él hacía lo mismo con la mía. Desabrochamos sus pantalones, antes de que yo le empujara hacia atrás y me colocaba sobre él, lenta y sensualmente, como un gatito jugando, y le besé el pecho, para mirarle después a la cara.

-Yo arriba-le susurré con una voz que no reconocí como mía.

-Y yo no me opongo.

Puso ambas manos sobre la parte de atrás de mis pantalones y me los arrancó, rompiéndolos por completo. Yo los miré con asombro, pero Danny reclamaba toda mi atención.

Ambos gemimos de placer al saber, en ese momento, que nos habíamos convertido en uno solo. Como una máquina en perfecta sincronía con el tiempo y que cada segundo que pasaba… iba mucho más rápido.

jueves, 29 de diciembre de 2011

~Capítulo 27~

Hablamos sobre todo, ya que hacía una cantidad considerable de tiempo que no lo hacíamos.

-Y…oye…-dije-¿No te molesta que salga con Tom? Porque claro…tú… ya sabes…

-¿Tom? Ah, no, no pasa nada. Por mí, bien.

-¿Si? ¿De verdad?

-Sí, pero… ¿qué pasa con Danny? Yo tenía entendido que te gustaba él.

-Sí… creo que estoy confundida…

-Ya sabes que yo no creo en estas chorradas, pero… guíate por tu corazón y todas esas patrañas-

Reí.

-Ya lo hago. Lo escucho y siempre me dice lo contrario que mi cabeza.

-Típico.

-Pero tengo miedo de elegir mal.

-Como todos.

-Pero refiriéndome a Tom y a Danny…

-¡Ah, claro, claro! Pues no sé… Tom te mima mucho y se le ve en los ojos que te quiere, pero Danny no sé…

-Danny no me ha dicho ni la mitad que Tom ni…

-Danny te ha dicho más con silencios y miradas que Tom en todo lo que ha dicho.

-Oh.

-Así que piénsatelo bien.

-¡Genial!-dije, con sarcasmo- Vine a ti en busca de ánimo y, ¿qué me encuentro? ¡Más dudas!

-Pero eso ya deberías saberlo, Cris. Yo deprimo a la gente.

Nos reímos.

-Pero dime una cosa… ¿qué pasó con Tom?-pregunté-¿Por qué ya no te gusta?

-Porque está contigo.

-Está conmigo ahora pero no antes.

-¿Y cómo fue? ¿Quién de los dos se lanzó?

-Pues verás… ¡no me líes! Yo creo que te gusta otro. Haber… Tom no es Danny, Danny tampoco, siempre fue mío… ¿Dougie? No, no se lo quitarías a Carol… ¿Liam? No, ese es más tonto que el profe de latín que teníamos…eso solo me deja con…-abrí los ojos desmesuradamente-¡¿Harry?!

-¡Chsst!-me dijo, llevándose un dedo a los labios y mirando hacia todas direcciones.

-¿Harry? ¿Te gusta Harry? ¡Oh, tía, te gusta Harry!

-¡Pero cállate!

-¿Se lo has dicho ya? ¿Quieres que se lo digamos? ¡Oh, oh! ¿Y cómo lo vas a enfocar? Harry nunca fue muy…

-Cris, o te callas o le cuento a Danny lo de los 23 hijos que querías tener con él-me amenazó Rebe.

-Vale, vale. Me callo.

-Sé cosas sobre ti que podrían hacerte sumergir, Cris…

-Y yo emerger sobre ti, Rebe.

Reímos.

-Bueno-dije-¿Pero he acertado o no?

-Sí, bueno… sí.

-¡Oh! Harry es tan buena persona, tan adorable, tan guapo…

-Cualquiera diría que te gusta a ti.

-No me líes más, anda.

Volvimos a reír.

-Oye y… ¿no has pensando en ser cómo yo?-preguntó.

-¿Cómo ser cómo tú?

-Pues un vampiro.

-¡Ah, pues…! ¿No dijo Tom que quería proponérmelo?

-Sí, es verdad. ¿Y tú qué le dirías?

-Que sí, obviamente.

-¿Y te imaginas que te dice “Vale, pero antes tienes que casarte conmigo” como Edward y Bella en Crepúsculo? ¿No te gustaría?

-¿Y casarme con él y, en la luna de miel quedarme embarazada, tener una hija que se llame como nuestras madres y que me mate al parirla? No, gracias.

-¡Piénsalo! Sería tan divertido tener una niñita así…

-Sí, ¿y quién la va a aguantar toda la eternidad? Ten tú una con Harry.

-¡Eh!

Nos reímos.

-Sí, Cris-dijo-Nunca has sido amiga de las bebés.

-Ni lo seré-sentencié-Cuando sea vampira, no podré tener hijos. Y seré feliz.

-No sabes lo que dices.

-Puede, ¿volvemos?-propuse-Tengo como frío.

-¿Frío?

-Sí, Rebe. Aquí hay persona que aún puede sentir ese tipo de cosas.

-Vale.

Volvimos. Todos estaban en el salón.

Nada más entrar, Tom vino corriendo y me agarró por los brazos.

-¿Estás bien?-me preguntó, visiblemente preocupado.

-Gracias por esa confianza depositada en mí-dijo Rebe.

-Con un poco de frío pero sí, estoy bien-dije.

-¿Frío?-preguntó Tom torciendo la cabeza en señal de incertidumbre.

-Sí, frío. Voy arriba a buscarme una chaqueta.

-¿Frío en verano?

-Sí, Tom. Y calor en invierno. Yo soy así.

Cuando bajé, estaban proponiendo salir al jardín a jugar al fútbol.

-¿Vienes?-me preguntó Tom.

Negué con la cabeza.

-No, tengo frío. Te miraré por la ventana, si quieres.

-¿Y me animarás?

-Sí, Tom porque falta te hace… Eres más malo-le dijo Danny, que tuvo que esquivar un manotazo del aludido.

-Claro, pero espero que puedas perdonarme por no poder bailar con los pompones esos-dije-No tenemos.

Tom rió.

-Perdonada. Vamos, Danny.

-Di lo que quieras-le dijo este-Pero tú en mi equipo no juegas.

-Ja, como si yo quisiera jugar con un perdedor como tú.

-¡Eh!

Cerraron la puerta tras ellos.

Me acerqué a la ventana mientras me frotaba los brazos, ¿por qué tendría tanto frío?

Fuera estaban haciendo los equipos. Negros nubarrones cubrían el cielo.

Oí que alguien abría la puerta.

-Hola-dijo Dougie, pasando al salón.

Sonreí.

-¡Dougie! ¿Qué pasa? ¿Se os ha olvidado algo?

-No, es que a mí no me gusta el fútbol.

-Yo soy malísima en cualquier deporte, pero en este soy pésima.

Nos reímos.

-Y digo “Pues para estar ahí fuera, entro dentro y hablo contigo”. Porque, por si no te has dado cuenta, tú y yo casi nunca hablamos.

-¿Te has dado cuenta tú también, no?-dije.

Sonreímos.

-Sí.

-Eres tú, que tienes algo en contra mía-le acusé.

-¿Yo? Yo no tengo nada contra ti. ¿Y tú?

-¡Todo!

Reímos.

Miré por la ventana.

Rebe le acababa de marcas un gol a Tom y se abrazaba con Harry. Carol se reía de cómo Danny regañaba a Tom (así que ambos habían acabado en el mismo equipo) y Cait y Liam pasaban de todo.

-Hablemos, pues-dije mientras me sentaba sobre las piernas en el sillón.

Dougie se sentó al lado.

-Bueno…

Nos quedamos mirando y rompimos a reír.

-¿Pero me vas a hablar o te vas a limitar a mirarme?-dije.

-Es que no sé cómo empezar-

-Oh, pobre. Yo te ayudo. Haber, ¿sobre qué tiene que ver?

-Sobre todo.

-Ah, bien, bien.

-No, hombre. Yo quiero que me expliques una cosa y luego te cuento yo a ti otra.

-Vale, ¿en qué puedo ayudarte?

-Es sobre Carol.

-Debí suponerlo, ¿qué ocurre?

-No sé… es que…

-Tú eres muy tímido y no sabes cómo decirle algo, ¿verdad?

Se me quedó mirando fijamente hasta que hice una mueca extraña y se rió.

-¿Y tú cómo sabes eso?

-He visto muchos vídeos tuyos. En fin, mira, Dougie, yo puedo parecer tonta, pero no lo soy. Lo de que a Carol le gustas lo sé desde…hace mucho y, majo, cuando estás con ella se te ve en la cara. Parece que llevas escrito en la frente una flecha que la señala y dice “Eh, mirad, esa es la chica que me gusta”.

Rió.

-Y tú esperas que sea ella quién diga algo, ¿no?-pregunté.

-Sí, por…

-Pues lo llevas claro-le interrumpí-porque ella espera lo mismo de ti. ¡Poneos de acuerdo! Además, ella es de las que piensa que tiene que ser el chico a la chica y no al revés. Yo también pensaba así, pero con Tom no lo hice.

-¿Te lanzaste tú?

Reí.

-Ahá. Pero ella no hará eso. Tengo entendido que os distéis un pequeño beso, ¿no?

-Estás enterada de todo.

Chasqueé la lengua.

-Lo sé, ¿quién tomó la iniciativa?

-Pues…yo…creo.

-¡Pues esta vez también tienes que ser tú! Ella no te va a rechazar, 100% seguro. ¿Entonces por qué no lo haces?-dije, dándole un empujón.

Rió.

-Porque quería estar seguro antes.

-Bueno, ahora lo estás.

-Cuando pueda, se lo diré.

-Buen chico. ¿Y qué querías explicarme?

-Oh… es sobre Tom y Danny.

La sonrisa se me borró de la cara.

-¿Qué les pasa?

-Oh, bueno… pensé que quizá necesitaras un poco de ayuda con esos dos.

-Por favor-le supliqué.

-Bueno, pues no sé… Son dos tíos muy diferentes.

-A mí me lo vas a decir.

-Tom es más atento, pero Danny es más cariñoso…creo. O eso o es un acosador.

Reí.

-Yo te veo bien con Tom. Le conozco, y sé que le gustas de verdad. Y tú estás bien, ¿no?

-Sí.

-Pero, Danny… mira, hace como que no le importa lo vuestro, pero todos sabemos que le importa mucho.

-Pero, ¿qué puedo hacer, Dougie? Haga lo que haga, le hago daño a alguno de los dos.

-Si Harry no fuera mío te lo ofrecería… pero es mío-dijo.

-Yo que tú tendría cuidado porque alguien ahí fuera va a intentar quitártelo.

-¿Quién?-pensó.-¿Rebe?

Asentí.

-Pero no se lo digas a nadie, ¿eh?

-No, claro.

Temblé.

-¿Qué te ocurre?

-Tengo frío. Y no sé qué hacer con esos dos.

-No te agobies.

-Tarde.

Reí y abrí los brazos para que me diera un abrazo.

Me estaba abrazando cuando Carol entró por la puerta, seguida de Danny.

-No vuelvo a jugar contigo nunca más, has…-se calló al vernos.

Dougie y yo nos separamos.

-Carol, tía…-dije-No es lo…

Ella se dio la vuelta y echó a correr.

Este capítulo estaba hecho desde hace siglos y por fin me he dignado a subirlo ;D

sábado, 10 de diciembre de 2011

~Capítulo 26~

Estaba en un bosque. Un bosque espesísimo. ¿Qué hacía allí?

Miré a mí alrededor, pero no vi a nadie. Entonces, le vi.

-¿Danny?-pregunté sin convicción.

Pero era él. Estaba unos metros por delante de mí. Avancé, mas él echó a correr.

-¡Danny!-le grité-¡Pero, ¿adónde vas, Danny?!

Corrí, tratando de alcanzarle. Que yo supiera, no tenía motivos para huir de mí.

Vi que el bosque se acababa repentinamente unos metros por delante de Danny y que allí había una potente luz. Luz solar.

-¡Danny! ¡Danny, para! ¡No te suicides!-le grité, intentando detenerle, mas él, o no me escuchaba o era tonto. O ambas cosas.

Danny tenía medio pie en la luz.

-¡Danny, no! ¡Yo te quiero!

Entonces, abrí los ojos. Un techo blanco, de esos blancos que hacían daño a la vista, se extendía ante mí. Ni rastro de ningún bosque, ni Dannys corriendo hacia luces de ningún tipo.

Me incorporé, ya que me di cuenta de que estaba tumbada. Observé el entorno. Estaba en una cama, en una habitación de lo que parecía ser un hospital. Tenía pegados al pecho unas pequeñas ventosas conectadas por medio de cables a unos monitores que se encontraban a mi lado y que emitían unos sonidos estresantes.

No había ni rastro de mis amigos. Me extrañé mucho, ya que no era algo normal en ellos dejarme sola en este tipo de situaciones… ni nunca.

Recordé en ese momento lo que había pasado. Veneno… Si yo seguía con vida era porque entonces me tenían que haber extraído el veneno, pero… ¿dónde estaban ellos? ¿Y si les había pasado algo y estaban también en el hospital? No, espera. Dudaba que algo que les ocurriera a ellos pudiera ser tratado en un hospital. ¿Y si les había pasado algo grave de verdad? El corazón me latía a mil por hora. Eso podría justificar el sueño que acababa de tener. ¿No dijo alguien algo acerca de una conexión? Si Danny me había mordido, yo podría haber visto lo que… un momento. ¿Me estaba diciendo a mí misma que el sueño de Danny podía ser verdad? ¡Entonces Danny se me había muerto!

Me arranqué las ventosas del pecho con un rápido tirón y me bajé de la cama. Me recorrió un escalofrío, ya que había pisado el frío suelo descalza. De nuevo, volvía a estar vestida con la horripilante bata azul de hospital, que dejaba ver partes de mi cuerpo que creía innecesarias para que la gente las vieras, pero eso ahora no importaba. Tenía que averiguar qué había sido de mis amigos, así que, descalza, abrí la puerta y salí al pasillo.

Estaba desierto. Faltaba la motita esa de polvo que sale en las películas del oeste.

-¿Tom?-llamé.-¿Danny?

No recibí ningún tipo de respuesta.

Eché a andar por el pasillo, esperando encontrar algún indicio de vida, pero sin resultado. ¿Dónde mierdas estaban todos? Estaba empezando a asustarme de verdad cuando doblé a la derecha y vi, al final del pasillo, mirando por una gran ventana, a Danny.

Este no se había dado cuenta de que yo había hecho acto de presencia y siguió mirando, distraído, por la ventana.

-Da…Da…¡Danny!-grité, emocionada. ¡No estaba muerto!

Se sobresaltó, se dio la vuelta y me miró. Y sonrió.

-¡Cris!

-¡Danny!

Eché a correr hacia él, que me esperaba con los brazos abiertos. Al llegar, salté sobre él y lo aferré con brazos y piernas y lo abracé bien fuerte.

Noté cómo me bajaba la bata que, con el salto, se me había subido.

-Que se te va a ver todo, mujer-dijo, riendo.

-¡Qué me importa!-dije, agarrándole la cara con las manos.-¡Estás vivo!

-Sí, bueno, todo lo vivo que un vampiro puede estarlo, sí.-dijo, sonriendo.

-Yo…yo…me asusté. Me desperté, no vi a nadie y pensé lo peor…-¿debía contarlo el sueño que había tenido? Puede que no fuera algo del presente…pero, ¿y si era una premonición?

Danny abrió la boca para contestarme, pero entonces vi emerger por el pasillo una cara bien conocida.

-¡Tom!-grité, eufórica.

Me revolví para liberarme de Danny y corrí hacia Tom. Me tiré sobre él como anteriormente había hecho con Danny. Al sentir los brazos de Tom aferrándome como si no hubiera mañana decidí que eso del sueño, por el momento, no me importaba.

Me separé un poco para poder besarlo. Danny se apoyó en la pared, metió las manos en los bolsillos y miró hacia otro lado.

-Ejem, ejem.

Tom me dejó en el suelo y yo me giré, con la rabia dibujada en la cara, hacia quién nos había interrumpido.

-¡Ah!-exclamé al reconocer al que nos había cortado el tema.-Pero, ¿qué haces tú aquí?

-Resulta que llevo dos días aquí.-me respondió Liam con su misma chulería de siempre.

Miré a Tom sin comprender.

-Ah, pero…¿no se lo habéis contado?-dijo Liam.

-¿Contarme qué?

-No hemos tenido tiempo.-dijo Tom.

-Pero para achuchones y eso sí, ¿no?

-¡Te quieres callar, Liam!-le espeté.

Este me miró los ojos y yo le aguanté la mirada, deseando apuñalarme con un lápiz no una, sino millones de veces.

-Jo, hay que ver que genio te gastas, tía…-me dijo-

-¿Perdona?-dije apartando a Tom del medio-¿Tienes algún problema conmigo?

-Pues mira, puede que sí.

-¿Quieres que lo arreglemos a ostias?

-No en este hospital-dijo entonces un médico que apareció de la nada-¿Tú qué haces aquí?-me preguntó.

-Pues me he despertado, cosa obvia y, al no ver a nadie, salí a indagar.

-Anda, ven-dijo el médico, encaminándose hacia el pasillo por el que yo había venido-Vamos a chequearte haber si podemos darte el alta.

-Os espero abajo.-dijo Liam.

Por toda respuesta, le hice un movimiento obsceno con el dedo que provocó la risa de Danny y una mirada desaprobatoria de Tom, que después rió.

Veinte minutos después, el médico salió de mi habitación habiéndome dado el alta y, cuando se fue, asedié a Tom y Danny a preguntas que me moría por hacer.

-¿Dónde están los demás?-pregunté.

-Resulta que se nos acabaron los días de descanso y teníamos que ir a Manchester, por el tour, ya sabes-asentí y Danny prosiguió- pero no podíamos llevarte tal como estabas y…

-Vosotros no podíais quedaros, lo entiendo.-dije, comprensiva.

-Yo quería quedarme.-dijo Tom.

-Pero el tour no podía seguir sin Tom, así que tramamos un plan.

-Bueno, Danny, si tú dices que era un plan… el caso es que Rebe se ofreció para quedarse.

-Bien, ¿y dónde…?-pregunté.

-Harry dijo que si quedaba ella, se quedaba él.

Reí.

-Uy, ¿y eso?-pregunté.

-Según él, para quedarse contigo, pero me da que era por Rebe. Han hecho buenas migas-dijo Danny.

-Pobre hombre-me compadecí de él.-No sabe donde se mete.-dije, bromeando. Ambos ya me habían contado lo que Rebe había hecho verdaderamente por mí.

-O quizá sí lo sepa y aún así quiera arriesgarse…-Danny y yo reímos.

-Total-continuó Tom- Que Dougie dijo que si se quedaba Harry, él se quedaba, Carol dijo que sin Dougie no se iba y Danny dijo que si se quedaban todos, él también, para hacer bulto.

Miré a Danny.

-Es verdad, lo dije.

Reí.

-Así que-siguió Tom- parecía que, o nos quedábamos todos o no nos quedábamos ninguno.

-Que complicada es la vida.

Tom rió.

-Estábamos echándolo a suertes cuando Liam se ofreció para quedarse contigo hasta que despertaras y viniéramos a buscarte. La idea no me hacía ninguna gracia…

-Ni a mí-le apoyó Danny.

-Pero era eso o dejarte sola. No teníamos otra opción. Nos fuimos hace dos días, pero no pude soportar estar lejos de ti más tiempo y vine.

-Oh, Tom.-dije, y le abracé.

-Eh, que yo también estoy aquí.

-Sí, Danny…¡oh!-les conté el sueño que había tenido, omitiendo claramente la frase de “¡Yo te quiero!”.

-Bueno… no creo que tengas que preocuparte, Cris-dijo Danny- No tengo ninguna intención de acabar con mi vida.

-Me alegra oír eso.

Salimos de la habitación y bajamos a recepción. Liam nos esperaba sentado en una silla.

No le dirigí la mirada.

Salimos afuera y nos montamos en su furgoneta de siempre. Tom, Danny y yo atrás, sentada yo en medio de ambos y Liam delante, aunque cuando arrancamos, se cambió de asiento y se sentó frente a nosotros tres.

Apoyé la cabeza en el hombro de Danny, que estaba sentado a mi derecha y entrelacé la mano derecha en la izquierda de Tom. Y, sin quererlo, me dormí.

[POV Tom]

Danny y yo mirábamos cómo Cris se había quedado dormida.

-¿Podéis dejar de mirarla así, por favor?-dijo Liam- Voy a vomitar.

-¿Te molesta o qué?-le preguntó Danny.

-Sí.

-Nadie te ha dicho que tengas que mirarnos.

-No os miro a vosotros, la miro a ella.

-Pues deja de hacerlo.

-¿Por qué?

-¿Y por qué no?

-No sé, es mona.

-Para mona, tu cara cuando te la parta.

-Danny, tranquilo.-le dije.

-No puedo estar tranquilo. Pensar que esta cosa… o lo que sea, la mordió cuando eso…

-¡Oh, así que es por eso!-dijo Liam como si la cosa no fuera con él.- Claro, habéis visto lo que ella pasó por la conexión…claro.

-¡Sí, joder!

-¿Os queréis callar los dos que la vais a despertar?-les gruñí.

Los dos callaron, se miraron y siguieron hablando.

-¿Por qué te quedaste con ella?-le preguntó Danny.

Liam se encogió de hombros.

-Ninguno de vosotros podíais y yo no tenía nada que hacer…

-Oh, el bueno y caritativo de Liam no tenía nada que hacer salvo quedare en…

-Oye, que yo también tengo una vida, ¿eh?

-¡Pero qué os calléis!-les espeté. Cris se estaba moviendo y parecía que pronunciaba algo.-No oigo lo que dice.

Ambos callaron.

-No…no, Danny, no. ¡No te suicides!-decía.

Danny y yo nos miramos.

-Está soñando el mismo sueño de antes.-dijo.

Yo asentí.

-No, Danny…espera…¡yo te quiero!

Danny y yo volvimos a mirarnos.

-Bueno, bueno, bueno-dijo Liam burlonamente.-Pero, ¿qué tenemos aquí? Una declaración en toda regla. Estarás contento, ¿no, tío?

Danny yo seguíamos mirándonos.

-Tom, eso lo ha dicho para evitar que me mate en el sueño.-me dijo.

Yo le seguía mirando.

-Espera, espera, espera…-dijo Liam.-Así que…ella…¿está contigo?-me señaló a mí con la cabeza.

-Sí.

-Y dice en sueños que quiere a otro. Ah, bien, vas bien.

-No hables de lo que no sabes.

-Es que puede que sí que sepa.

-Pues no me importa.

Cris se movió y apoyó la cabeza en mi brazo.

-Tom…-dijo-Suelta esa guitarra. La tuya está aquí.

-Y ahora habla de guitarras.-dijo Danny.

-Déjala que sueñe lo que quiera-le reprendí.

Ella seguía teniendo agarrada mi mano izquierda. Se la apreté con delicadeza.

-¿Cómo crees que sería su vida antes de conocernos a nosotros?-le pregunté a Danny.

Este miraba por la ventanilla, ausente.

-Segura, bastante más segura que ahora. Y aburrida.

-No la llames aburrida-le reproché.

-Vale, lo que quieras.

Nos callamos y ninguno volvió a hablar hasta que Cris despertó.

-¿Falta mucho?-preguntó.

-Un poco. Duérmete otra vez.

-No quiero dormir, llevo mucho tiempo durmiendo.

Se acurrucó más contra mí.

-Cabezota-le dije, acariciándola el pelo.

-Di lo que quieras, que no me vas a convencer. He vuelto a soñar lo de Danny otra vez.

-Lo sabemos-dijo Danny.-Hablaste en sueños.

-Oh, shit. ¿Y qué dije?

-Que me queríais.-dijo Danny, mirándola.

Ella también le miró y, por un momento que se me hizo eterno, se sostuvieron la mirada.

-Mentí.-dijo Cris, con voz firme.

Danny apartó la vista y volvió a mirar por la ventana.

-Lo sé.-le respondió él.

-Pues lo dijiste muy convencida.-dijo Liam.

-Liam, cuando hablemos los mayores, tú te callas.-le respondió Cris.

Este río.

-Ya nos vamos entendido.-le dijo.

-¿Y se supone que eso tiene que consolarme?-le dijo Cris- Más bien me deprime.

Liam miró a Danny, que continuaba mirando por la ventanilla, desconectado del mundo.

-Oh, mírale, le has roto el corazón…-dijo.

-Lo que te voy a romper yo a ti es la cabeza como no te calles.-dijo Cris- Mira, te agradezco que te quedaras conmigo cuando ninguno de mis amigos pudo pero, ¿y ahora qué pintas aquí? ¿Por qué estás con nosotros?

-Estoy porque estoy.-le respondió.

-No esperaba una respuesta más inteligente por tu parte, Liam.-dijo. Se acurrucó más contra mí y me abrazó.

-Pues…

-Que te calles, que ya no te hablo.-le interrumpió Cris y me miró.-Tom… Te eché de menos.

Sonreí y le acaricié el pelo.

-Yo también.

-Oh, por favor…-dijo Liam poniendo los ojos en blanco.-Cuando os ponéis así dais asco. Me voy.

Y se sentó delante.

Cris levantó la cabeza, yo me incliné y la besé.

-¡Hemos llegado!-gritó Danny. Abrió la puerta y se bajó corriendo.

-Pero, ¿y a este qué le pasa?-preguntó Cris, viendo como corría rumbo hacia la libertad. Yo en mi fondo, lo sabía.

-Ignórale, yo lo hago siempre.

-Pobre.

[POV Cris]

Salí fuera del coche y me encontré enfrente de una casa bastante grande, con un jardín enorme. No había más casas a su alrededor.

-Nos hemos cansado de tanto hotel-me explicó Tom, resolviendo todas las posibles dudas que yo pudiera tener.-y nos gustó esta casa.

Asentí, conforme.

En la puerta de la casa me esperaban mis amigos.

-¡Cris!-gritaron al verme.

-Bueno, al menos recuerdan cómo me llamo…-comenté.

Tom río.

Avanzamos hacia ellos, pero antes de que pudiéramos llegar, echaron a correr hacia nosotros.

-¡Cris!-Harry me atrapó y me dio vueltas y más vueltas por el aire. Después, me abrazó muy fuerte-¡Oh, qué alegría! Por fin has…

-Harry…no…puedo…respirar.-le dije como pude.

-¡Oh, lo siento!-dijo, y me dejó en el suelo.

Mis amigas también me abrazaron e incluso Dougie se unió al club de los abrazos. Danny también se acercó y me abrazó.

-Pero, Danny…-le dije, confundida-Si a ti te he visto antes…

-Un abrazo es un abrazo.

Me encogí de hombros. Jamás le entendería, por mucho tiempo que viviera.

Entonces, vi una cara que me costó reconocer.

-¿Y tú qué haces aquí?-le pregunté a la chica que había matado a la hermana de Peter.

-Vivo aquí.-me respondió.

-¿En esta casa?

-No, en Manchester.

-¿Y qué haces que no estás en tu casa?

-Vigilaros.

-No necesitamos vigilancia.

-Quizá tú no, pero los demás sí. Aunque…quizá debería echarte un ojo a ti también.

La miré mal.

-Eh, te salvé la vida, ¿recuerdas?-me dijo.

-Intentaste matarme.

-Pero luego te salvé la vida.

-Tú no hiciste nada.

-Yo…

-No quiero discutir contigo, esto…-no me sabía su nombre.

-Sam.

-Sam.

Nos sostuvimos la mirada.

-Si las miradas matasen…-dijo Harry.

-Tú ya estarías muerto-dijo Tom- Anda, pasemos adentro.

Me pasó un brazo por los hombros y andamos hacia la casa.

-¿Cómo que ya estaría muerto, Tom?-inquirió Harry-¿Más muerto de lo que ya estoy o de lo que casi llego a estar por vuestra culpa?

-Pelillos a la mar, Harry.-dijo el aludido.

-Sí…pelillos…

Esa cara era enorme. Ya solo el recibidor era casi más grande que mi casa.

Nos sentamos todos en el salón, ya que era descomunal. Todos se sentaron en los sillones, mientras que yo opté por sentarme sobre Tom, que me cogió en brazos.

Me contaron lo que sucedió el otro día.

-Y cuando vi que no respirabas, cogí a Tom del cuello de la camiseta y le dije “¡Gocho! ¡Te has zampado a mi amiga!” mientras le zarandeaba salvajemente.-dijo Carol.

Todos reímos.

-Sí, me acuerdo-dijo Tom.-Menuda manera de zarandear. Aún me da vueltas la cabeza.

Reímos de nuevo.

-Pues chicos-dije-No sé cómo deciros lo mucho que estoy agradecida a cada uno-mientras decía esto les iba mirando a cada uno-arriesgasteis por mí muchísimo más lo que yo os podría pedir… no sé cómo corresponderos…de verdad, gracias.

Me aplaudieron.

-No tienes por qué darnos las gracias-dijo Dougie.

-Sí tú en nuestro lugar hubieras hecho lo mismo-dijo Harry.

-Por supuesto.

-Por mí no.

-Por ti también, Danny-dije.

Miré por la ventana.

-Bueno, y ahora que lo sabes todos, tienes que irte a dormir-me dijo Tom.

-¡No!

-Sí, que el médico te dijo que tenías que descansar.

-Pero no quiero, Tom-me quejé.-Quiero salir y que me dé el aire.

-Pero tienes que…le puse ojos de perrito y mi mejor puchero.-Bueno, vale, está bien.

-¡Sí! Gracias-y le di un beso en la mejilla.

Me levanté y me dirigí hacia la puerta.

-¡Pero, espera, no te vayas sola!

-Ya voy yo con ella.-dijo Rebe.

Y nos fuimos las dos juntas.

sábado, 29 de octubre de 2011

~Capítulo 25~

Alguien se tiró contra Peter y me lo quitó de encima, pero era demasiado tarde.

Mi cuerpo se convulsionaba de una manera extraña, mientras que sentía que ardía, como si se me derritieran las venas… para después sentir un frío muy intenso y comenzar a tiritar.

Distinguí a Tom, que intentaba avanzar hacia mí, pero James se le tiró encima. Quise levantarme para ir a ayudarle, pero el calor volvió y no pude moverme.

[POV Danny]

Corrí hacia Peter y Cris, pero este la mordió antes de que pudiera llegar. Me tiré sobre Peter y le aparté todo lo que pude de ella. La oí gritar a mí espalda.

Peter se puso en pie y rió.

-Sabía que vendríais por ella.

-Vaya, eres muy listo, ¿eh?-dije, sarcásticamente.

-Vas a morir esta noche. Ayer te libraste, pero hoy no tendrás esa suerte. Tú y tus amigos moriréis.

Cris gritó de nuevo.

-Ya veremos.

Y me lancé contra él.

[POV Dougie]

En el momento que Danny se tiró contra Peter, todo fue un caos.

Tom corrió tras él e intento acercarse a Cris, pero el cara rata se lanzó contra él.

Rebe y Harry corrieron ambos hacia la pelea. Habían hecho una apuesta sobre quién mataba más.

Yo le había dicho a Carol que esperara tras los árboles.

Danny se linchaba con Peter, Rebe con uno moreno, Harry con la montaña y Tom con el cara rata.

Cris gritó. Estaba tirada en el suelo, moviéndose extrañamente. Vi que Carol hizo ademán de andar hacia ella, pero con un gesto fui capaz de detenerla. La estaba mirando cuando vi que detrás de ella había alguien.

-¡Al suelo!-la grité.

Ella me entendió y se tiró al suelo.

Cogí al tío y le decapité con un rápido movimiento de brazos.

-¿Estás bien?-la pregunté mientras la agarraba por los hombros.

-Ahora que estás conmigo, sí.

Me fue inevitable sonreír. Ella me sonrió a su vez.

Otro grito de Cris nos devolvió a la realidad y nos giramos para mirarla. Seguía tirada en el suelo, convulsionándose. Miré a mis amigos. Ninguno podía atenderla, todos estaban luchando.

Me giré hacia Carol.

-Tengo que ir.-la dije.

-Lo sé.

La di un beso en los labios, le guiñé un ojo y fui hacia allí. Me dejé caer al lado de Cris.

-Dou…gie.-dijo ella.

-Sí, estoy aquí. Tranquila, tranquila.-dije, intentando calmarla. La agarré de los brazos para intentar que dejara de moverse.-¡Ah, estás ardiendo!

Aunque la sujetaba con fuerza, ella seguía moviéndose. No sabía qué hacer. Nunca me había visto en una situación similar y no podía contar con la ayuda de nadie.

-¡Por fin os encuentro!-dijo una voz que desconocía.

Por un momento, todo se detuvo y nos fijamos en la chica que estaba delante de nosotros. Era una chica normal, esbelta, con un largo pelo rubio liso y ojos azules que nos miraban, estudiándonos a cada uno. ¿Pero quién era ella?

-Os llevo mucho tiempo buscando, chicos.

-Tú.-dijo Peter, con rabia.

-Sí, Peter, yo. ¿Acaso no te alegras de verme?-dijo ella, sonriéndole.

Ninguno entendíamos nada. ¿Cómo había llegado esa chica hasta aquí? ¿De qué conocía a Peter?

Cris emitió otro grito.

-Calma, calma Cris.-dije, mientras le apartaba el pelo de la cara.

-¿Qué haces aquí?-la preguntó Peter- ¿No tuviste suficiente con matar a Alice?

-Tú hermana había sido una niña muy mala, y lo sabes.-dijo ella con voz juguetona.

-¡Era mi hermana!

-Solamente era otra chupasangres de tantos que he matado ya.

-¿Así que a eso has venido, eh? A matarme.

-Sí y no, Peter. En realidad, estaba siguiendo a estos chicos-nos señaló a nosotros- y, que sorpresa, resulta que tú también estás aquí.

Harry y yo nos miramos y él asintió. Esa chica era una caza vampiros.

Cris volvió a gritar y se fijó en ella.

-Oh, ¿pero qué tenemos ahí?-sonrió-¿Ya has vuelto a ser un niño malo, Peter? Solo me das trabajo… pero me ocuparé después.

Peter se apartó de Danny y se encaró a la chica. Saltó sobre ella, pero lo esquivó. Los demás volvieron a luchar.

Danny corrió hacia nosotros, pero el moreno que había estado luchando con Rebe le cerró el paso. Un segundo después, caía atravesado por una rama. Lo había hecho el rubio de la banda de Peter.

Danny se lo quedó mirando, incrédulo.

-Danny, ¿verdad?-le preguntó el rubio.

-Sí, soy yo.

Este sonrió.

-Siempre le había tenido manía a Sam.-dijo el rubio, explicándose.-Creo que Cris te necesita. Ve.

Danny asintió y se dejó caer a mi lado.

-¡¿Qué tal está? ¿Qué la pasa?!

-¡Y yo qué sé, tío!-le dije.

-Da…nny-dijo Cris, cuando le vio.

-Sí, Cris, estoy aquí.-le tocó la cara con la mano.-¡Pero si está ardiendo! ¡¿Qué le pasa?!

Rebe corrió a ayudar a Harry, ya que la montaña había pedido ayuda y le atacaban entre dos. Tom se debatía como podía contra el cara rata, que era muy rápido.

-Creo que deberías ir a ayudar a Tom.-le dije a Danny.

-¿Eh?-me dijo este, que miraba a Cris.

-¡Ayuda a Tom!-le dije.

Danny se levantó y corrió hacia Tom. Agarró al cara rata por detrás y Tom le separó la cabeza del cuerpo, que Danny dejó caer.

Harry había conseguido acabar con la montaña, mientras que Rebe, a su vez, acababa con el que una vez fue su compañero.

Solo quedaba el rubio que había ayudado a Danny… y Peter. Este seguía luchando con la chica. Debía ser que Peter sabía que iba perdiendo, pero, a la desesperada, se tiró sobre Cris. Antes de que lo hiciera, Danny lo cogió, lo tiró contra el suelo y le puso el pie en el cuello.

-¿Y ahora quién es el que va a morir, Peter?-le preguntó.

-Tú.

-¿Qué dices? No te oigo.

-¡Tú!

De un pisotón, Danny le separó la cabeza del tronco.

-Respuesta incorrecta.

Todos nos quedamos como… empanados. Peter había muerto.

Un grito de Cris nos sacó de nuestro ensimismamiento.

Tom corrió y se arrodilló al lado de Cris, enfrente mía.

Cris ya había dejado de convulsionarse, aunque todavía se movía. Giró la cabeza y le miró.

-Tom…-dijo, o al menos eso creemos que dijo, porque de su garganta no salió ningún sonido. Tom, que hasta ese momento había tenido las manos en la cabeza, agarró a Cris de los brazos.

-¡Está ardiendo!-dijo.

Yo me levanté y le dejé mi sitio a Danny, que se sentó frente a Tom, al lado de Cris. Me marginé para dejarles espacio. Vi a Carol cerca y le tendí la mano, que ella agarró.

Cris se incorporó y luego cayó hacia atrás con violencia.

-¡¿Pero qué la pasa?!-gritó Carol.

-Lo que le pasa es simple.-dijo la chica. Nos habíamos olvidado de ella. Dio unos pasos para acercarse y Tom la gruñó. Ella levantó las manos.-Eh, no voy a hacer nada. Déjame acercarme, entiendo de esto.

Se sentó al lado de Tom y observó a Cris un poco.

-Sí, lo que pensaba.

Y se quedó callada.

-¿Pero nos lo vas a decir?-la preguntó Danny.

-Yo también sé lo que le pasa.-dijo Rebe. Todos la miramos.

-Claro, a ti te hicieron lo mismo, ¿verdad?-le preguntó la chica.

-Sí, así es. Y…-apretó los ojos con fuerza.

-…No es agradable-completó la frase la chica.

-No, para nada.

Nos miramos entre nosotros, empezando a comprender pero sin querer hacerlo.

-Esta chica tiene una cantidad exorbitada de veneno de vampiro.

Nos la quedamos mirando como si hubiera hecho un chiste de Jaimito muy visto.

-¿Qué tiene qué?

-Pero eso no puedo ser-dijo Harry- los vampiros solo…

-El veneno comienza a aparecer al mes más o menos de la creación de dicho vampiro. Al principio, cuando se es un neófito, la única manera de convertir a la gente es dejándola sin sangre. Si cuando se es neófito se convirtiera a todo aquel que se mordiera, se acabaría la humanidad.

-Pero, entonces…-siguió Harry.

-Sí, ya me ocupé de ese que dejasteis en el cubo de basura, sí. Y de alguno más que habéis dejado suelto por ahí.

Harry ya llevaba más de un mes siendo vampiro, los demás todavía no.

Cris volvió a gritar, mientras Tom le acariciaba la cara.

-Todos los de la banda de Peter tienen veneno. Así fue como me convirtieron a mí. Me mordieron todos a la vez. Sentí calor, mucho calor, me abrasaba de dentro hacia fuera… y luego sentí muchísimo frío, muchísimo… y luego me desperté así.-dijo Rebe.

-Sí… pues mira los mordiscos. Tiene por todas partes. En el brazo, en la pierna…-según lo decía nos lo iba señalando.-Han debido de usarla como tentempié. Que listos. Cada uno de ellos iba dejando una pequeña parte de veneno… Dios, lo debe de estar pasando terriblemente mal.

Se llevó la mano al cinturón que llevaba y sacó de ella una estaca.

-¡Eh! ¿Qué vas a hacer?-la gritó Danny.

-Ahorrarle sufrimiento.

-¡No la vas a matar!-le gritamos todos a la vez.

Ella se guardó la estaca en el cinto.

-Vale, vale. Pero eso es egoísta.

[POV Cris]

Les oí hablar, aunque la voz me llegaba algo distorsionada.

-Esta chica solo tiene dos opciones-dijo la chica nueva a la que no conocía.- O transformarse o morir. Puede hacer cualquiera de las dos cosas, debido a la cantidad de veneno que tiene. Vosotros elegís. Podemos sentarnos y esperar a que se transforme, o que muera.

Todos se quedaron mirando a Tom.

-¿Tenías pensando transformarla?-preguntó Harry.

-Se lo iba a proponer.

-Pues entonces déjala que se transforme y…

-¡Pero así no, Harry! ¡No así!

-Veamos…-dijo la chica.-No quieres que se transforme ni quieres que muera…

-¡Tiene que haber algo que podamos hacer!-le dijo Danny.

Tom se puso las manos en la cabeza.

-¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?-repetía.

Quise hablar, decirle que se calmara, pero no pude.

Noté la mano de Danny en mi mejilla, luego en mi brazo.

-Se está quedando helada.-dijo.

Y era verdad. Sentía como me congelaba y me comenzaban a tiritar los dientes.

-Le queda poco tiempo-informó la chica.

-¡¿QUÉ PUEDO HACER?!-gritó Tom.

-Hay algo que puedes hacer. Pero es arriesgado.-le dijo la chica.

-¡¿Qué?! ¿Qué es? ¡Dímelo!

-Igual que el veneno de vampiro se puede introducir en un cuerpo, también puede ser extraído. Solo tienes que morderla y succionar, como cada vez que te alimentas. Notarás un sabor asqueroso al beber su sangre, pues está contaminada. Cuando su sangre sepa como siempre sabrás que ya está limpia.

-¡¿Y por qué no me lo dijiste antes?!-la gritó Tom.

-Porque esto encierra un peligro. El veneno de vampiro no es solo perjudicial para los humanos, sino también para los propios vampiros. No solo se usa para transformar a las personas, a veces lo usan como un mecanismo de defensa, como las serpientes. Si tomas veneno, puedes perder la visión, el oído o el olfato o incluso si tomas demasiado puedes llegar a morir tú.

-Me da igual. No viviré sin ella.-le dijo Tom con decisión.

-¡No!-conseguí gritar a duras penas. Quise seguir hablando, decirle que estaba bien, que no se le ocurriera hacer semejante tontería, que me dejara y que se salvara él, pero no podía articular palabra.

Estiré el brazo y le agarré el suyo, intentando hacerle entender, pero Tom se lo tomó como un gesto de dolor y me acarició la cara.

-Tranquila, Cris. En un rato todo habrá acabado y estarás bien.

¡Yo no quería caricias, yo quería que él estuviera bien!

Giré la cabeza hacia Danny y le agarré a él con el otro brazo. Quizá él entendiera lo que Tom no.

Danny me miraba, con ¿podía ser ternura?, con esos ojos azules suyos.

-¿Lo vas a hacer, Tom?-dijo Harry.

-Sí. –dijo, decidido.

-Yo también lo haré, Tom. Si bebo contigo, tomarás menos veneno.-dijo Danny.

-¡No!-volví a gritar, aunque fue como un susurro. Tiré con más violencia de los brazos de ambos.

-Creo que no quiere que lo hagáis.-comentó la chica.

Tom sonrió.

-Típico de ella.

-Sí-le secundó Danny- Prefiere dejarse morir antes que poner en peligro nuestra vida.

-Que noble.-comentó la chica.

-Si vosotros lo hacéis, yo también.-dijo Harry.

-Y yo.-dijo Dougie.

Yo negaba con la cabeza. No quería que ninguno de ellos arriesgara nada por mí.

-Si lo vais a hacer, tiene que ser ya. No le queda nada de tiempo-avisó la chica- Pero no lo hagáis los cuatro a la vez, ¡brutos!-dijo al ver que los cuatro se me acercaban.- Con la poca sangre que tiene sois capaces de matarla vosotros. Hacedlo de dos en dos.

Tom me agarró el brazo y se lo llevó a la boca, lo mismo que Danny.

Yo seguía negando con la cabeza y les miraba a ambos. No podía hablar, los dientes me castañeaban por el frío y notaba que iba a perder el conocimiento de un momento a otro.

-Te quiero-dijo Tom antes de morderme.

No pude responderle, porque me desmayé.

sábado, 22 de octubre de 2011

~Capítulo 24~

Adonde me llevaba Peter, era un misterio.

Solamente veía árboles, mirara por donde mirara y, la verdad, no es que pudiera ver mucho, dado que no me daba tiempo a enfocar porque Peter era muy rápido.

Intentó varias veces entablar conversación, pero yo no estaba por la labor.

No quería entramar amistad con mi verdugo.

Sentí que nos seguían y miré hacia atrás, con esperanza.

-No te hagas ilusiones, pequeña-me dijo Peter- No son tus amigos.

Ya me había dado cuenta.

-Puede que no tenga visión nocturna como la tuya, pero sé distinguir a tus gilipollas de amigos de los míos.

Rió.

-No estabas tan chulita antes cuando pude haber matado a tu amigo, ¿eh? Yo diría que estabas mortalmente asustada por él.

-Cállate-le espeté.

Volvió a reír y negó con la cabeza. Aquello le estaba divirtiendo.

De pronto, se paró. Me alegré dentro de lo que cabe, porque no soportaba que me tocara. Observé con atención dónde me hallaba.

Estábamos frente a una casita de madera, de la cuál salías y tenía unos árboles en hilera en la puerta. La luna se alzaba sobre ella y la iluminaba, haciendo que pareciera mágica.

-Baja.-me ordenó Peter.

-Con mucho gusto.-dije, mientras lo hacía.-Pero lo hago porque quiero, no porque tú me lo digas.

Uno de sus amigos abrió la puerta de la casa. Dentro estaba oscuro.

-Tú primero.-me volvió a ordenar.

Le desafié con la mirada y después volví a mirar a la oscuridad de aquella casa que me esperaba.

Por el rabillo del ojo, vi el bosque que se extendía tras de mí y consideré la opción de echar a correr.

-Ni lo pienses. Adentro.- y Peter me empujó.

Caí de bruces dentro de aquella oscuridad.

Oí sus risas detrás de mí.

-Oh, la pequeñita se ha caído…-dijo Peter burlonamente, cogiéndome por las axilas y poniéndome en pie.

Todos se reían de su chiste.

-No me he caído, me has empujado, estúpido.-le respondí.

El tal Spike hizo ademán de soltarme un bofetón por mi respuesta (quizá se pensase que allí el chulo solo podía hacérselo Peter) pero Peter le detuvo. Yo, de todas formas, no hice ademán de defenderme.

-No, está bien.-dijo, como si eso lo explicase todo.

-¿El qué está bien?-preguntó Spike-¿ Tú has visto los aires que se da? ¡No ha hecho más que retarte desde que la cogimos! ¡Tan sólo es una simple humana!

Peter sonrió.

-A mí me divierte.

Genial, así que yo era el bufón personal de Peter.

Spike resopló, pero no dijo nada.

Mis ojos se iban acostumbrando a la oscuridad y, ayudados por la luz de la luna que entraba por la puerta y una ventana, observé la estancia.

Era una de esas casas que tiene la cocina y el comedor juntos. Era pequeña, pero lo suficiente para ocho personas, siete de las cuales no dormían, no iban al baño y no cocinaban.

-Toma, Liam, átala.-dijo Peter pasándole algo que no alcancé a ver al Adam Lambert rubio que estaba mi lado.

-¿Dónde?-preguntó este.

-Pues… allí, en el palo ese.

Se refería a una columna de madera que sujetaba el igual techo de madera de la casita.

Liam asintió.

-Vamos-dijo, empujándome.

Me di la vuelta y me encaré a él.

-¡No me empujes!-le grité como la profe de lengua.

Liam sí que me dio un bofetón, que hizo que me diese con la pared en la cabeza. Me llevé la mano al punto dolorido, pero no me quejé. Miré a Peter.

-Esa sí que te la merecías.-dijo con indiferencia.

Liam me empujó de nuevo hasta que llegué a la susodicha columna.

-Siéntate-me ordenó.

Mientras que mi cuerpo me pedía que lo hiciera, mi mente me decía que me rebelara.

-No.

-¿Cómo dices?

-He dicho que no, sordo.

Me cayó entonces una patada en el estómago que hizo que me sentara en el suelo, resoplando.

Peter reía.

-No seas tan duro con ella, Liam. Es una rebelde, como nosotros.

-Yo…no soy…como vosotros.-dije.- Soy mejor.

Aquello enfadó a Liam.

-¿Tú? ¿Tú mejor que nosotros? ¿Una humana?- y me pegó una patada.

-Basta, Liam. Átala.-le ordenó Peter.

Me sentó con la espalda pegada a la columna y me ató las manos tras ella con una cuerda. Estaba tan en shock que recordé el momento ese de India Jones y la última cruzada de “¡Papá! ¡Junior! ¡Papá! ¡Junior!” y comencé a reírme.

Liam me puso la mano en el hombro.

-Disfruta de las vistas.-me dijo, mirando hacia el frente.

Le seguí la mirada y vi que estaba frente a la ventana y que desde ella se veía perfectamente la luna.

Después, me susurró al oído.

-Si vuelves a rebelarte contra mí, te arrancaré las piernas y disfrutaré viendo cómo te desangras.-me apretó el hombro con fuerza y se fue.

Y allí me quedé, atada al palo, bañada por la luz de la luna, mortalmente asustada.

Peter se sentó en un sillón y se puso a hablar con Liam y tres de ellos, Spike no sé dónde estaba y el cara rata me miraba fijamente desde una esquina.

Intenté escuchar lo que decían.

-¿Y ahora qué vas a hacer con ella, Peter?

-Desde luego, huele divinamente. No exagerabas, tío, cuando nos lo contaste.

-Supongo que tocamos todos a un poco, ¿no? Tú el primero, Peter, claro.

-Tengo que saber qué sangre tiene.-reconocí la voz del cara perro.-¿Qué sangre tienes, bonita?

Por mentirme con lo de bonita no quise responderle. Me repitió la pregunta en un tono más elevado y vi emerger la cara de Liam. Me acordé de su amenaza.

-A-A… A negativo.-respondí.

-¡A negativo! Claro que sí, ese olor es inconfundible.

Dejé de oír, porque ya no me interesaba.

Iban a matarme, estaba claro. Ya fuera porque me “rebelara” o porque todos quisieran un batido con mi sangre. Iba a morir.

Me acordé de mi alocada madre, que me había llamado para felicitarme un día que no era mío, de mi hermano, de toda mi familia.

Me acordé de Carol, de Rebe, de Silvia… de Dougie, de Harry, de Tom y de Danny. Tom y Danny.

Recordé la cara de Danny cuando me dijo que no me fuera, la cara de Tom al pedirme que me quedara.

Era curioso. La noche de antes había estado con Tom de Party Hard y ahora iba a morir.

De pronto, caí en la cuenta. No les iba a ver nunca más. A ninguno. No Carol, no Dougie, no Harry, no Tom, no Danny. Nunca más. Los ojos se me inundaron de lágrimas y todas las ganas de luchar se me disiparon.

Iba a morir. Tom no volvería a abrazarme. Danny no volvería a besarme. Todo habría acabado.

Era algo que había sabido en el mismo momento en el que le dije a Peter que me iba con él. Sabía que si me iba no volvería a verlos nunca y me hubiera gustado despedirme de ellos, decirles adiós, Peter me había quitado hasta eso.

Pero, aunque supiera que iba a morir y puede que de la peor y dolorosamente manera posible, sabía que había hecho lo correcto. Si Danny hubiera muerto poco hubiera tardado yo en morir también. ¿Qué más daba antes que después? Así, aunque yo muriera, él podría seguir viviendo y eso es lo que me importaba.

Negué con la cabeza. Iba a morir y estaba pensando más en Danny que en Tom. ¿Sería que de tanto estar con la banda de gilipollas de Peter me estaba volviendo gilipollas yo también?

Yo quería mucho a Tom, mucho. Pero, ya que yo no iba a estar, le deseaba lo mejor con quien fuera, porque lo acabaría superando. Tenía toda una vida inmortal para ello.

Y, a vista de que iba a fallecer en poco tiempo, creo que ya iba siendo hora de ser honesta conmigo misma. También quería a Danny, siempre lo había querido. Él no sabía cuándo y con cuánta intensidad. Recordé la primera vez que le vi en aquel parque, las fotos que nos hicimos, la púa que me dio, bailando en su camerino, gritándonos todo el día, riendo, dándome un beso… Ahora, cuando tenía las horas contadas, me arrepentía de no haber intentado nada con él. Harry tenía razón. Yo no podía engañar a nadie.

Iba a morir queriendo a Danny cuando antes me moría por quererle.

Verdaderamente, merecía ser la líder de la banda de Peter, porque era la mayor gilipollas de la historia.

-Bueno, podéis hacerle lo que queráis, pero nada que pueda matarla, ¿de acuerdo? De momento, la quiero viva.-dijo Peter.

Ni me molesté en lamentarme de mi suerte. Para qué…

Miré la luna y oí la voz de Tom en mi mente “Pide un deseo” y oí mi propia voz que decía “Estar todos juntos para siempre”.

Hace nada que había pedido ese deseo… ¿y yo ya iba a destrozarlo dejando que me mataran? No. Yo había pedido eso por él, por nosotros, por todos, y por ellos lo iba a cumplir. Por ellos iba a escapar. Por ellos iba a vivir.

El cara rata se me acercó mientras yo tramaba planes de huida.

Se puso en cunclillas a mi lado, sin dejar de mirarme.

-¿Qué quieres? Fuera.- dije, intentando darle una patada, pero él me cogió la pierna. Antes de que pudiera decirle que la soltara, ya me había clavado los dientes en ella y succionaba con fuerza.

Grité.

Eso puso sobre aviso a Peter y a los demás, que se acercaron para ver qué pasaba.

“Seguro que Peter da una orden y para”-pensé.-“No dejará que me hagan daño, que se propasen conmigo, me quiere viva”.

Peter sonrió.

-Procura dejar algo para los demás, ¿vale, James?

Y no dijo nada más.

Le maldecí para mis adentros mientras me retorcía e intentaba que James me soltara.

Lo hizo. Se levantó y, con la mano, se limpió la sangre, mi sangre, de la boca.

-Gracias por la comida.-dijo, y se fue.

-Malnacido.-le dije mientras apoyaba la cabeza en la columna, mareada.

Si Danny supiera que un desconocido había bebido de mí antes que él, nos mataba a ambos.

Cerré los ojos para tratar de relajarme. Cuando llevaba alrededor de una hora apareció el cara perro.

-Lamento despertare-su tono de voz indicaba que no le importaba en absoluto- Pero tengo que cenar y no me gusta comer solo.

Le iba a decir que qué me importaba a mí cómo le gustara comer a él cuando me clavó los dientes en el brazo.

Grité y pataleé, pero no conseguí nada.

Finalmente, cuando terminó, dijo:

-Gracias por hacerme compañía. Te veo en el desayuno. Por cierto, sabes realmente bien. Hablaré con Peter. Me gustaría comer más veces contigo.

Y se fue.

Pataleé de nuevo, mareada e indignada. ¿Para esto es para lo que había quedado? ¿Para ser la cena de unos vampiruchos?

Mi sangre no era para ellos. Para ellos, no.

Tan mareada como estaba, caí en un sueño muy turbio, interrumpido varias veces por sueños en los que veía a los vampiros que me habían mordido.

Casi al amanecer, alguien me tapó la boca con la mano y me desperté.

Por el rabillo del ojo vi a Liam.

-Veamos si sabes tan bien como dicen.

Y me mordió en el hombro.

Como no podía gritar, me revolví con fiereza, pero no me sirvió de nada. Solo para poner más frenético a Liam y que me mordiera con más fuerza.

Desee estar con Danny, donde sus brazos podrían protegerme de aquel dolor incandescente que sentía, o con Tom quien con sus palabras podría hacerme sentir segura. Deseé estar lejos de allí. Deseé estar muerta.

-Pues tenías razón. Eres la mejor que he probado. Haznos un favor a ambos-dijo, dándome unos golpecitos de la cabeza-Procura no darme razones para matarte y así no tendré que hacerlo. Y yo podré comer, ¿vale?

Y se fue.

-Cabrón.-le dije, antes de desmayarme.

Me despertaron entrada la mañana. Querían que comiera un donut y un café. (De donde lo habían sacado, no lo sé)

No quise probarlos.

-Has perdido mucha sangre-me dijo un tal Sammy- Tienes que comer.

Ja, ni que estuviera preocupado por mí. Lo único que le preocupaba era que yo tuviera sangre en mis venas que poder beber.

-No la he perdido, me la habéis quitado.-dije, en tono acusador.

Todos se rieron a mi costa.

-Dejadme solo con ella, ya me ocupo yo de que coma.-dijo Liam.

“No, por favor. No me dejéis sola con Liam, con él no, por favor”-pensé.

-Vale, lo dejamos en tus manos.

Y Peter y los demás se fueron al salón. Les oí poner la tele.

-Bueno, pues parece que estamos solos tú y yo.-dijo Liam.

Me tembló el labio. Aunque no quería, tenía miedo.

-Come.-me ordenó.

-No.

-¿Eh?

-No, no tengo hambre.

-No te he preguntado si tienes hambre o no, te he dicho que comas.

-Tú a mí no me mandas.

Liam echó la cabeza hacia atrás y soltó una sonora carcajada que me puso los pelos de punta.

Se agachó a mi lado, me cogió del pelo y tiró hacia atrás, dejando mi cuello al descubierto. Sentí sus dedos recorriendo mi cuello, la dirección de la vena principal, en el sentido que fluía mi sangre.

-Sabes que puedo hacerlo. Un solo mordisco… y se acabó.

-No, Peter me dijo que me quería viva. No puedes hacerlo. Él te mataría.

Liam rió.

-Chica lista.-me soltó el pelo.-Pero yo en tu lugar, pediría que me mataran.

-¿Por qué iba a hacer yo eso?

-¿Acaso sabes por qué Peter te quiere viva?

-¿Lo sabes tú?

Volvió a reír.

-Empiezas a caerme bien. Peter te quiera viva porque sabe que tus amigos vendrán a buscarte.

Aquello me dejó descolocada.

-No, no lo harán. Ayer fue el final.

-Sí, sí lo harán. Hasta yo, que no los conozco, estoy seguro de ello.

-Y, bueno, en el hipotético caso de que lo hicieran… ¿qué pasaría?

-Peter te haría ver cómo mueren. Eso le divierte. Quiere vengarse de ti, pero no quiere librarse de ti, ¿me entiendes? Después de eso, supongo que te convertirá y serás una más de nosotros. Supone que ver morir a todos tus amigos será suficiente castigo para ti.

Parpadeé varias veces para evitar que las lágrimas se me escaparan.

Peter era… el mayor cabronazo de la historia. Había planeado todo esto sabiendo que mis amigos sí que vendrían a buscarme. Solo esperaba que él estuviera equivocado y que no vinieran. Por una parte, yo esperaba que lo hicieran, pero si lo hacían… sería, definitivamente, el final. Y Peter me condenaría a una vida inmortal de culpa, de remordimientos. Su jodido plan era perfecto.

-Él me lo ha contando todo. Empezará por esa amiguita humana tuya, después le tocará al rubio ese, seguido por el de pelo negro que estaba a tu lado ayer. El otro, el de delante de ti, será el próximo y ha querido dejar a ese querido amigo tuyo, ¿cómo se llama?... Ah, Danny, para el final.-mientras me lo contaba, tenía una sonrisa macabra dibujada en el rostro.-Sí, no me gustaría ser él… al contrario que los demás, no lo mataremos rápidamente, con él nos entretendremos un poco más. Lo haremos despacio, para que tú no te pierdas nada…

-¡No le vais a tocar un pelo!-dije- ¡Antes os mataré yo!-escupí a Liam en la cara.

Liam me pegó otro bofetón, que me hizo ver las estrellas que ayer por culpa de la potente luz de la luna no pude ver.

-Te aplastaría la cabeza ahora mismo-dijo, mientras se estrujaba las manos- Pero esperaré a que seas como yo, cuando hayas pasado de tu débil condición de humana y ahí arreglaremos cuentas.

-No tengo miedo.-dije.-No de alguien como tú.

Le aguanté la mirada.

Después, Liam cogió el desayuno y lo tiró por la ventana.

Sin dejar de mirarme, se fue con Peter.

-¿Ya ha desayunado?-preguntó.

-Sí, te dije que lo dejaras en mis manos.

No sabía si lo que acababa de hacer era por mí bien o por mí mal. Si no comía, no podría fabricar más sangre y moriría en poco tiempo.

Decidí que no me importaba lo que Liam hiciera, pero lo que me había dicho era de suma importancia.

Tenía que huir. Ya no por mí, sino por ellos. Por mis amigos. Sus vidas dependían de lo inteligente que fuera mi plan de huída, así que me puse a crear uno.

Pero por más que pensaba, no se me ocurría nada. No podía evitar pensar qué estarían haciendo mis amigos, en ese momento.

Espera. ¿Dónde estaba Rebe? No había vuelto a verla desde ayer. ¿Y sí se había quedado con ellos? ¿Y sí…? De pronto, lo entendí todo. Tenía que huir. Ya.

Miré por la ventana. El sol se estaba escondiendo y ya llegaba el anochecer. Y yo ya tenía mi plan.

Había sido un día horrible. Cada hora, uno de los integrantes de la banda de Peter se había pasado a “comer” y yo estaba en las últimas. Cada hora, Liam me había traído algo de comer y de beber, pero todo había salido por la ventana. Los vampiros bebían poco de mí, pero al no poder rellenarme, me estaba quedando vacía.

Para colmo, al cara rata le había parecido gracioso tumbarse sobre mis piernas y decirme que cuando fuera de su banda todo sería más divertido porque habría cosas lascivas.

Por fin, cuando vi la luna en el cielo, decidí pasar a la acción.

-Hola, hola.-dije, intentando llamar la atención de alguien.

-Spike, ve a ver qué quiere.-dijo Peter, que estaba con los demás viendo un partido del Liverpool, creo.

Spike, a regañadientes, se levantó y vino a mi encuentro.

-¿Haber, qué quieres?

-Quiero mear. Llevo todo el día bebiendo y me meo.

Spike me desató las manos. Tenía los brazos doloridos por estar tanto tiempo en aquella incómoda posición, así que los moví en el aire. Pero poco me duraron, porque Spike me ató las manos tras la espalda.

-Vamos.-dijo, mientras me arrastraba de un brazo.

Me llevó hasta el baño.

-¿Tú pretendes que mee aquí?-dije.-Este baño está hecho una mierda.

Era verdad, estaba sucio hasta decir basta.

-Bueno, ¿y qué quieres?-dijo, molesto.-No tenemos servicio de limpieza.

-Llévame fuera. Prefiero un arbusto antes que…que…esto.

Puso los ojos en blanco y me sacó fuera.

Aspiré el puro aire.

-Bueno, mea.

-Sí, claro. Con las manos atadas, ¿no?

-Está bien, te las suelto.

Así lo hizo.

Me dirigí a un arbusto cercano.

-¡Pero no mires!-dije, molesta.-¡Date la vuelta!

Resopló, pero lo hizo.

-No tardes.-me dijo.

Me refugié en el arbusto e hice como que hacía pis.

-¡Gol!-gritaron entonces desde dentro de la casa.

-¿De quién?-Spike entró para ver el gol.

“Ahora”-pensé. Y eché a correr a través de la recta hilera de árboles.

[POV Danny]

Por respeto a Carol, ninguno hablamos esa noche.

Cuando despertó, por la mañana, bajamos a desayunar con ella. Ninguno decíamos nada.

El día trascurría lenta y pesadamente. Parecía que la noche, la hora de ir a buscar a Cris, no llegaría nunca.

Tom estaba tumbado en su cama, mirando el techo.

Carol y Rebe hablaban sentadas en la cama de Harry, que se había ido al gimnasio. Dougie intentaba animarme, porque sus intentos por animar a Tom habían sido infructuosos.

-Ya verás, Danny, cuando vayamos a buscarla como está bien.-decía.

-Pero…¿y si no? ¿Y si no está bien? ¿Y si… la han hecho algo?

Dougie negó con la cabeza.

-Ella está bien, Danny.

Yo jugueteaba con el móvil de Cris, me lo pasaba de una mano a otra y eso. Tenía una de las fotos que nos hicimos en el parque la primera vez que nos vimos de fondo de pantalla.

-Todo es por mi culpa. Si me hubieran matado ayer, ahora ella estaría aquí, con vosotros.-dije.

-No digas eso, Danny. Fue decisión suya el marcharse.

-Para salvarme.

-Nadie la obligó a ello, fue su elección.

-Prácticamente, no tenía otra opción.

-Podía haberse quedado con Tom, pero no lo hizo. No le des más vueltas, Danny. Esta noche la tendrás de nuevo correteando y gritándote por aquí.

-Tengo un mal presentimiento con respecto a eso.

-Ella no está muerta, Danny.

-No es eso. Imagina… que vamos por ella… y uno de nosotros no vuelve.

-Danny, no vas a morir. Nadie lo va a hacer.-sentenció Dougie.

-Dame una sola razón para no salir ahora mismo a por ella.-le pedí.

-Pues veamos… que ella no se fue con Peter para que tú ahora te suicidases de esta manera.

Sonreí.

-Vale, me has convencido.

Hablé con Dougie durante mucho más tiempo.

Harry apareció tiempo después y intentó animar a Tom, pero sin resultado.

Todos nos alegramos cuando Rebe dijo que ya era la hora de partir.

Dougie quería que Carol se quedara.

-Carol, puede ser peligroso. No nos darán a Cris por las buenas y puede que tengamos que pelear.-intentó razonar con ella Dougie.

-Sí tú vas, yo voy, Doug.-le dijo. A mí me sonó a eso de Titanic de “Si tú saltas, yo salto Jack”

-Pero no podré protegerte. Son demasiados y…

-No necesito protección, si llega el caso, puedo protegerme sola, ¿acaso no recuerdas ya quién mató a Kevin?-dijo, sonriendo.

Se abrazaron.

A mí me dio envidia. Ellos podían abrazarse y yo no.

-Tienes razón. Pero prométeme algo. Si ves que la cosa se pone fea, vete. Echa a correr. Ponte a salvo. No te preocupes por nosotros.-le dijo Dougie.

-No me iré sin saber si tú estás bien.

(Puke Raibows)

Salimos afuera. Estaba nervioso. No sabía lo que me iba a encontrar, y si iba a salir vivo de aquello.

-Seguidme-dijo Rebe.

Y todos, internándonos en los árboles, echamos a correr tras ella.

[POV Cris]

Se dieron cuenta de que me había intentado escapar.

Salieron de la casa y se subieron a los árboles.

Yo corría por el sendero, iluminado por la luna, y ellos me perseguían saltando de árbol en árbol rápidamente, prácticamente ya me habían alcanzado.

Por mucho que corriera, parecía que me movía a cámara lenta. Me interné en los árboles para que les fuera más difícil verme, aunque podía oírles gritar cosas, los árboles agitados tras su paso y sobretodo, oí mi respiración agitada.

Estaba demasiado débil.

Intenté pensar que al final de todo estaban mis amigos, estaba Tom. Que estaba Danny. La visión de esos ojos azules que me miraban con intensidad me hizo aumentar la velocidad.

Aunque seguía pareciendo que corría a cámara lenta, mientras que mis perseguidores eran muy rápidos.

Podía oír en mi mente la canción “Nowhere left to run”. “I´ve got nowhere left to run, I´ve got nowhere left to hide…”

Las ramas me arañaban los brazos y me rompían las mayas, pero yo no me iba a parar por nada del mundo. Con ayuda de mis Convers, sorteaba rocas o raíces en el suelo.

Mis captores me seguían persiguiendo. Les oí reírse. Para ellos esto era muy excitante, mientras que para mí era frustrante.

Entonces, alguien me golpeó con fuerza y me di contra un árbol. Sin mirar quién era, me levanté y seguí corriendo.

De nuevo, alguien me golpeó, pero esta vez con el triple de fuerza y salí despedida. Caí en medio de una llanura, toda llena de césped. A mí alrededor no había un solo árbol. Todos estaban, en círculo, a bastantes metros de mí.

Abrí los ojos y lo único que vi fue la luna en el cielo. Entonces, alguien asomó la cabeza.

Liam.

-Por favor…-le dije. Iba a decirle que me matara rápidamente, pero antes de que pudiera decirle nada, Liam se dio la vuelta y se fue.

No me lo podía creer. Liam me había ayudado. Eso era increíble.

Quise levantarme, pero no pude. Mi cuerpo no me respondía.

Oí unos pasos y supuse que Liam había vuelto para buscarme.

Cuál fue mi sorpresa al sentir que algo se me caía encima. Fui consciente de ello cuando tuve la cara de Peter pegada a la mía.

-¿Adónde pensabas irte, eh?

-Lejos de ti.

Apartó su cara de la mía, pero aún seguía sentado sobre mí.

Me agarró de los hombros y me levantó. La cabeza me cayó hacia atrás. Tenía el cuello totalmente a su merced.

-Por…favor…-no tenía ni fuerzas para decirle que no me hiciera nada. Había hecho demasiado esfuerzo para la poca sangre que tenía.

-No me dejas otra opción.

Sentí su aliento en mi cuello y sentí llegar el fin. Pero el fin no llegó.

Peter se había detenido.

-Haha, aquí estáis.-dijo.

Abrí los ojos, que los había tenido cerrados.

Aunque los veía del revés, porque tenía la cabeza colgando, los distinguí perfectamente.

Eran ellos. Eran mis amigos. Era Danny.

-Danny.-dije.

En ese momento, sentí como si me atravesaran unos alfileres incandescentes y derraman dentro de mí la lava más ardiente del centro de la tierra.

Grité con todas mis fuerzas.

Peter me había mordido.