viernes, 30 de diciembre de 2011

~Capítulo 28~

[POV Dougie]

Me levanté del sillón y la perseguí. Por una vez me alegraba de ser un vampiro, porque de otra manera no hubiera podido alcanzarla.

La agarré del brazo, haciendo que se girara y me mirara.

-Eh, ¿qué te pasa?

-¿Te atreves a preguntarme qué me pasa? ¡Tú eres lo que me pasa!

-¿Yo?

-¡Sí! ¡Por mucho que haga no te das cuenta de nada! ¡No, claro que no te das cuenta! ¡Yo lo intento, pero nada! ¡Viene otra y, sí, ¿no?!

Hice lo que tenía que hacer y lo que realmente me apetecía.

La besé.

[POV Cris]

Cuando volvieron, iban cogidos de la mano. ¡Bien, Dougie me había hecho caso!

Le guiñé el ojo a Dougie y este me sonrió.

-“Lo hiciste aposta”-me dijo movimiento los labios sin pronunciar ningún sonido.

-“Lo sé”-le respondí de la misma manera.

Sabía que Dougie necesitaba un empujoncito y decidí ayudarle en cuanto vi que Carol y Danny venían por la ventana. Había visto demasiadas películas, pero me había salido el truco bien.

Esa noche, los chicos tenían concierto.

-¿Seguro que no queréis venir?-nos preguntó Tom por vigésima vez.

-No, Tom, ya te lo he dicho. Tengo frío.

-¿No estarás enferma, verdad?

Fruncí el ceño.

-No. Sólo necesito tu calor.

Le rodeé el cuello con los brazos.

-Poco calor voy a poder darte siendo vampiro.

-No me importa.

Y le besé.

-Tienes que irte.-le dije.

-Pero volveré.

-Eso no lo dudo.

Sonrió y se fue.

Bajé abajo, donde estaban mis amigas, Sam y Liam.

Las tres nos pusimos a hablar sobre nuestras cosas.

-Mañana es el cumple de Tom-dije-¡Y no le hemos preparado nada!

-Y el mío dentro de dos días-recordó Rebe.

-Los vampiros no cumplen años-dijo Sam.

-Cállate-le espetamos las tres a la vez.

-Los chicos tienen varios conciertos en Manchester, así que nos quedaremos unos días más.-dijo Carol.

-Perfecto.

-Pero… ¿qué se hace en un cumpleaños de vampiros?-pregunté.

-Los vampiros no cumplen años.-repitió Sam.

-¡Qué te calles!-dijimos las tres.

-Es verdad. No comen ni beben nada.

-Pues música y a bailar.

-Sí.

-Bueno, Rebe…

-¿Qué?

-Ahora, de las tres, tú eres la única que está soltera…¿eh? ¡Muahahaha!-Carol y yo nos reímos.

-Mirad, que os muerdo, ¿eh?

-Uhhhhhhhhh, qué miedoooooooooooo, jajajaja.

Tenía frío, así que subí a buscarme una manta o algo y me fijé en la cama que había en la habitación.

-No pasará nada si me tumbo un rato-dije.

Sí que pasó, sí.

Que me quedé dormida.

Al despertar, ya no tenía frío. Al menos, de momento.

-Buenos días-dijo Tom.

Estaba tumbado a mí lado, tocándome el pelo.

-Perdona por no esperarte ayer. Me dormí.

-No pasa nada.

-¿Qué tal ayer?

-Perfecto, como siempre.

Entonces, me acordé.

-Feliz cumpleaños.

Rió.

-Gracias, supongo.

Le di un beso.

-No me siento mayor, ¿sabes?

-Eso es bueno, no crezcas. No pude comprarte nada. Todas las tiendas estaban cerradas.

-No tiene importancia.

-Para mí, sí que la tiene. Me siento mal.

-No tienes por qué.

-Humm… Se supone que era una sorpresa, pero te lo voy a decir. Te hemos preparado una fiesta sorpresa.

-Oh, me imaginaba que lo dejaríais pasar así como así.

-Como también es el cumple de Rebe en breve…

-Vamos a felicitarla antes de tiempo.

-Uy, sí, verás qué ilusión le hace-dije, sarcásticamente.

Fuimos los dos a cantarle “Feliz, feliz no cumpleaños” y nos mandó a hacer puñetas a los dos.

Por la noche, pusimos música y bailamos en el salón.

Harry apareció con un lazo en la cabeza.

-Yo soy tu regalo-le dijo a Rebe.

Todos lloramos de la risa y a Dougie le embargaron los celos.

Bailamos por parejas. Carol y Dougie, Rebe y su regalo, yo y Tom y Danny y Sam. Liam no quiso.

Taladré a Sam con la mirada y esta me sacó la lengua. ¡Ah, cómo la odiaba! Sonreía, la muy golfa, mientras bailaba con Danny. No podía evitar mirarles y sentir que algo se encendía dentro de mí. Odio.

-¿Ocurre algo?-me susurró Tom al oído.

Le miré y sonreí.

-No. Todo es perfecto.-dije, mientras le daba un beso de esquimal. Me puse de puntillas y le susurré al oído todo lo seductoramente que pude.-Subamos arriba.

Él sonrió y asintió.

Le cogí de la mano y subimos arriba. Nadie notó nuestra desaparición y, si lo hicieron, no dijeron nada.

Me tumbé en la cama y él se tumbó sobre mí.

-Llevaba mucho tiempo sin ti-le dije.

Él por toda respuesta me besó.

Esa noche, hubo Party Hard.

Me desperté por la mañana. Por la ventana, vi unos intensos nubarrones negros que descargaban un torrente de agua.

Estaba tumbada boca abajo y Tom me dibujaba círculos en la espalda.

-Buenos días-me dijo.

Me giré y le miré.

-Te quiero.

-Yo también.

Estuvimos un rato haciendo el chorra en la cama, quitándonos la manta y haciéndonos cosquillas.

[POV Danny]

Me apetecía hablar con Cris, así que fui a buscarla. Ayer desapareció en la fiesta con Tom y no volvimos a verles el pelo, por lo que me fue imposible hablar con ella.

La puerta de su cuarto estaba cerrada. Fui a abrirla, pero oí su voz. Se reía. Y Tom, también.

No abrí la puerta, me quedé allí escuchando.

[POV Cris]

-Tengo frío-me quejé.

-Lo preví y te saqué esto-señaló una camiseta de manga larga y unos vaqueros.

Me vestí y, riéndonos, bajamos con los demás.

Allí estaban todos, todos, menos Danny.

-¿Dónde está Danny?-pregunté.

-No sé-dijo Liam-Se fue hace rato.

-¿Se fue dónde?

-No sé, cogió la puerta y se largó.

-Tom, déjame tu móvil-le pedí.

Llamé a Danny. No contestaba.

Corrí hacia la puerta, me metí de un salto en las manoletinas y salí corriendo.

-¡Voy a buscarlo!-dije, antes de cerrar la puerta tras de mí.

-¿No vas con ella, Tom?-preguntó Harry.

-Si hubiera querido que fuera con ella, lo habrá dicho-dijo Tom-Algo me dice que quiere ir sola.

Fuera, diluviaba. Casi no veía más allá de mis propias narices.

Seguí llamándolo por teléfono, pero seguía sin contestar.

-¿Dónde demonios se habrá metido?-pregunté, mosqueada.

Y le vi.

Unos metros por delante de mí.

-¡Danny!-le llamé.

Este se dio la vuelta.

-¿Cris?

-¡Yo!-dije, yendo hacia él- ¿Por qué has salido así, sin decir nada? ¡Me has asustado!

-Necesitaba pensar.

-¿Pensar bajo la lluvia? ¿Pensar sobre qué?

-Sobre ti.

Y me besó.

Sí, estaba mal, aquello estaba mal. Sabía que tenía que apartarlo y regañarlo, pero no lo hice, al contrario. Hundí las manos en su pelo mojado y lo atraje más hacía mí. Sí, aquello estaba mal… pero en ese momento eso no me importaba.

Danny hizo ademán de separarse, pero yo me pegué más a él. Finalmente, le permití soltarme.

-Tenemos que volver-dijo-Estás empapada.

-Y tú.

-Yo no puedo morirme de hipotermia, pero tú sí.

Volvimos los dos.

Nada más cruzar la puerta, Tom apareció volando con una toalla.

-¡Cris, estás empapada!

-Es que Danny yo nos hemos bañando en un charco, ¿verdad?

-Verdad-me secundó este.

Tom me tapó con la toalla y me abrazó para intentar darme calor.

-¿Y yo qué?-preguntó Danny.

-Tú no puedes morirte de frío-le dijo Tom.

-Pero si de falta de cariño.

Reí aunque sabía que, en el fondo, el comentario iba para mí.

-Voy a subir a cambiarme-anuncié.

Ya de paso, me di una ducha.

Por la noche, los chicos dijeron que querían irse a cazar.

-Yo no voy-dijo Danny-Ya comí por la mañana.

Sabía que era mentira.

-Pues a mí no me dejáis aquí-dijo Carol-Estoy harta de quedarme en casa.

-Bueno, vale, vente-le dijo Harry.

-¡Bien!

-¿Y tú?-me preguntó Tom-¿Vienes?

-Oh, no, Tom. Yo me quedo.

Los ojos de Tom pasaron de mí a Danny, de Danny a mí.

-Está bien. Volveremos en unas horas.

Todos salían por la puerta.

-Te echaré de menos-le dije.

Me guiñó un ojo y se fue.

-Te echaré de menos-repitió Danny burlonamente.

-Tú te callas.-dije, mientras me sentaba en el sillón.

Danny se sentó a mí lado y se empezó a acercar.

-Danny, no te acerques.

-Pero si no me estoy acercando.

Se acercó descaradamente.

-¡Danny!

-¡Pero si no hago nada!

Prácticamente, estaba encima de mí.

Yo respiraba de forma irregular.

-¿Te pongo nerviosa?-me preguntó.

-No, son las luces del techo-dije, con sarcasmo.

-Entonces apaguémoslas.

-Uy, sí.

Suplicaba que no se acercara más, porque cada vez me costaba más contenerme. Hasta que llegó un punto en el que no pude contenerme más.

(¡Esto lo escribió Rebe. Yo no tuve nada que ver. Atentamente, Cris!)

Le besé con pasión, le pasé los brazos por el cuello y le agarré por la cintura con las piernas.

Danny se levantó y subió las escaleras, hasta mi cuarto.

Abrió la puerta y entró en la habitación de espaldas, hasta que se golpeó con la cama. Se sentó en ella colocándome sobre sus piernas de manera que yo quedara frente a él mirándole a los ojos. Unos ojos que brillaban con infinita ternura.

Acercó su cara a la mía y me volvió a besar, esta vez de manera suave y pausada. Yo abrí lentamente los labios, buscando su lengua, como respuesta, él gimió.

Se apartó un poco de mí y metió sus manos por debajo de mi camiseta, acariciando el centro de mi espalda, levemente con el dedo, de arriba abajo. Yo sentí que me derretía y le abracé con más fuerza, para acercar mis labios a los suyos una vez más.

Sentía el pequeño temblor que le recorría y cómo él me agarraba con intensidad. También noté cómo soltaba el broche de mi sujetador y lo lanzó a la pared con rapidez.

-He esperado esto durante mucho tiempo, Cris-me susurró contra mi pelo.

Me estremecí al oírle decir mi nombre de aquella manera tan desesperada y llena de júbilo al mismo tiempo. Entonces, empecé a sentirme culpable y vacilé antes de besarle de nuevo. No podía dudar, Tom era mío… pero en ese momento, yo le pertenecía a Danny y él a mí.

Le quité la camiseta con avidez, mientras él hacía lo mismo con la mía. Desabrochamos sus pantalones, antes de que yo le empujara hacia atrás y me colocaba sobre él, lenta y sensualmente, como un gatito jugando, y le besé el pecho, para mirarle después a la cara.

-Yo arriba-le susurré con una voz que no reconocí como mía.

-Y yo no me opongo.

Puso ambas manos sobre la parte de atrás de mis pantalones y me los arrancó, rompiéndolos por completo. Yo los miré con asombro, pero Danny reclamaba toda mi atención.

Ambos gemimos de placer al saber, en ese momento, que nos habíamos convertido en uno solo. Como una máquina en perfecta sincronía con el tiempo y que cada segundo que pasaba… iba mucho más rápido.

jueves, 29 de diciembre de 2011

~Capítulo 27~

Hablamos sobre todo, ya que hacía una cantidad considerable de tiempo que no lo hacíamos.

-Y…oye…-dije-¿No te molesta que salga con Tom? Porque claro…tú… ya sabes…

-¿Tom? Ah, no, no pasa nada. Por mí, bien.

-¿Si? ¿De verdad?

-Sí, pero… ¿qué pasa con Danny? Yo tenía entendido que te gustaba él.

-Sí… creo que estoy confundida…

-Ya sabes que yo no creo en estas chorradas, pero… guíate por tu corazón y todas esas patrañas-

Reí.

-Ya lo hago. Lo escucho y siempre me dice lo contrario que mi cabeza.

-Típico.

-Pero tengo miedo de elegir mal.

-Como todos.

-Pero refiriéndome a Tom y a Danny…

-¡Ah, claro, claro! Pues no sé… Tom te mima mucho y se le ve en los ojos que te quiere, pero Danny no sé…

-Danny no me ha dicho ni la mitad que Tom ni…

-Danny te ha dicho más con silencios y miradas que Tom en todo lo que ha dicho.

-Oh.

-Así que piénsatelo bien.

-¡Genial!-dije, con sarcasmo- Vine a ti en busca de ánimo y, ¿qué me encuentro? ¡Más dudas!

-Pero eso ya deberías saberlo, Cris. Yo deprimo a la gente.

Nos reímos.

-Pero dime una cosa… ¿qué pasó con Tom?-pregunté-¿Por qué ya no te gusta?

-Porque está contigo.

-Está conmigo ahora pero no antes.

-¿Y cómo fue? ¿Quién de los dos se lanzó?

-Pues verás… ¡no me líes! Yo creo que te gusta otro. Haber… Tom no es Danny, Danny tampoco, siempre fue mío… ¿Dougie? No, no se lo quitarías a Carol… ¿Liam? No, ese es más tonto que el profe de latín que teníamos…eso solo me deja con…-abrí los ojos desmesuradamente-¡¿Harry?!

-¡Chsst!-me dijo, llevándose un dedo a los labios y mirando hacia todas direcciones.

-¿Harry? ¿Te gusta Harry? ¡Oh, tía, te gusta Harry!

-¡Pero cállate!

-¿Se lo has dicho ya? ¿Quieres que se lo digamos? ¡Oh, oh! ¿Y cómo lo vas a enfocar? Harry nunca fue muy…

-Cris, o te callas o le cuento a Danny lo de los 23 hijos que querías tener con él-me amenazó Rebe.

-Vale, vale. Me callo.

-Sé cosas sobre ti que podrían hacerte sumergir, Cris…

-Y yo emerger sobre ti, Rebe.

Reímos.

-Bueno-dije-¿Pero he acertado o no?

-Sí, bueno… sí.

-¡Oh! Harry es tan buena persona, tan adorable, tan guapo…

-Cualquiera diría que te gusta a ti.

-No me líes más, anda.

Volvimos a reír.

-Oye y… ¿no has pensando en ser cómo yo?-preguntó.

-¿Cómo ser cómo tú?

-Pues un vampiro.

-¡Ah, pues…! ¿No dijo Tom que quería proponérmelo?

-Sí, es verdad. ¿Y tú qué le dirías?

-Que sí, obviamente.

-¿Y te imaginas que te dice “Vale, pero antes tienes que casarte conmigo” como Edward y Bella en Crepúsculo? ¿No te gustaría?

-¿Y casarme con él y, en la luna de miel quedarme embarazada, tener una hija que se llame como nuestras madres y que me mate al parirla? No, gracias.

-¡Piénsalo! Sería tan divertido tener una niñita así…

-Sí, ¿y quién la va a aguantar toda la eternidad? Ten tú una con Harry.

-¡Eh!

Nos reímos.

-Sí, Cris-dijo-Nunca has sido amiga de las bebés.

-Ni lo seré-sentencié-Cuando sea vampira, no podré tener hijos. Y seré feliz.

-No sabes lo que dices.

-Puede, ¿volvemos?-propuse-Tengo como frío.

-¿Frío?

-Sí, Rebe. Aquí hay persona que aún puede sentir ese tipo de cosas.

-Vale.

Volvimos. Todos estaban en el salón.

Nada más entrar, Tom vino corriendo y me agarró por los brazos.

-¿Estás bien?-me preguntó, visiblemente preocupado.

-Gracias por esa confianza depositada en mí-dijo Rebe.

-Con un poco de frío pero sí, estoy bien-dije.

-¿Frío?-preguntó Tom torciendo la cabeza en señal de incertidumbre.

-Sí, frío. Voy arriba a buscarme una chaqueta.

-¿Frío en verano?

-Sí, Tom. Y calor en invierno. Yo soy así.

Cuando bajé, estaban proponiendo salir al jardín a jugar al fútbol.

-¿Vienes?-me preguntó Tom.

Negué con la cabeza.

-No, tengo frío. Te miraré por la ventana, si quieres.

-¿Y me animarás?

-Sí, Tom porque falta te hace… Eres más malo-le dijo Danny, que tuvo que esquivar un manotazo del aludido.

-Claro, pero espero que puedas perdonarme por no poder bailar con los pompones esos-dije-No tenemos.

Tom rió.

-Perdonada. Vamos, Danny.

-Di lo que quieras-le dijo este-Pero tú en mi equipo no juegas.

-Ja, como si yo quisiera jugar con un perdedor como tú.

-¡Eh!

Cerraron la puerta tras ellos.

Me acerqué a la ventana mientras me frotaba los brazos, ¿por qué tendría tanto frío?

Fuera estaban haciendo los equipos. Negros nubarrones cubrían el cielo.

Oí que alguien abría la puerta.

-Hola-dijo Dougie, pasando al salón.

Sonreí.

-¡Dougie! ¿Qué pasa? ¿Se os ha olvidado algo?

-No, es que a mí no me gusta el fútbol.

-Yo soy malísima en cualquier deporte, pero en este soy pésima.

Nos reímos.

-Y digo “Pues para estar ahí fuera, entro dentro y hablo contigo”. Porque, por si no te has dado cuenta, tú y yo casi nunca hablamos.

-¿Te has dado cuenta tú también, no?-dije.

Sonreímos.

-Sí.

-Eres tú, que tienes algo en contra mía-le acusé.

-¿Yo? Yo no tengo nada contra ti. ¿Y tú?

-¡Todo!

Reímos.

Miré por la ventana.

Rebe le acababa de marcas un gol a Tom y se abrazaba con Harry. Carol se reía de cómo Danny regañaba a Tom (así que ambos habían acabado en el mismo equipo) y Cait y Liam pasaban de todo.

-Hablemos, pues-dije mientras me sentaba sobre las piernas en el sillón.

Dougie se sentó al lado.

-Bueno…

Nos quedamos mirando y rompimos a reír.

-¿Pero me vas a hablar o te vas a limitar a mirarme?-dije.

-Es que no sé cómo empezar-

-Oh, pobre. Yo te ayudo. Haber, ¿sobre qué tiene que ver?

-Sobre todo.

-Ah, bien, bien.

-No, hombre. Yo quiero que me expliques una cosa y luego te cuento yo a ti otra.

-Vale, ¿en qué puedo ayudarte?

-Es sobre Carol.

-Debí suponerlo, ¿qué ocurre?

-No sé… es que…

-Tú eres muy tímido y no sabes cómo decirle algo, ¿verdad?

Se me quedó mirando fijamente hasta que hice una mueca extraña y se rió.

-¿Y tú cómo sabes eso?

-He visto muchos vídeos tuyos. En fin, mira, Dougie, yo puedo parecer tonta, pero no lo soy. Lo de que a Carol le gustas lo sé desde…hace mucho y, majo, cuando estás con ella se te ve en la cara. Parece que llevas escrito en la frente una flecha que la señala y dice “Eh, mirad, esa es la chica que me gusta”.

Rió.

-Y tú esperas que sea ella quién diga algo, ¿no?-pregunté.

-Sí, por…

-Pues lo llevas claro-le interrumpí-porque ella espera lo mismo de ti. ¡Poneos de acuerdo! Además, ella es de las que piensa que tiene que ser el chico a la chica y no al revés. Yo también pensaba así, pero con Tom no lo hice.

-¿Te lanzaste tú?

Reí.

-Ahá. Pero ella no hará eso. Tengo entendido que os distéis un pequeño beso, ¿no?

-Estás enterada de todo.

Chasqueé la lengua.

-Lo sé, ¿quién tomó la iniciativa?

-Pues…yo…creo.

-¡Pues esta vez también tienes que ser tú! Ella no te va a rechazar, 100% seguro. ¿Entonces por qué no lo haces?-dije, dándole un empujón.

Rió.

-Porque quería estar seguro antes.

-Bueno, ahora lo estás.

-Cuando pueda, se lo diré.

-Buen chico. ¿Y qué querías explicarme?

-Oh… es sobre Tom y Danny.

La sonrisa se me borró de la cara.

-¿Qué les pasa?

-Oh, bueno… pensé que quizá necesitaras un poco de ayuda con esos dos.

-Por favor-le supliqué.

-Bueno, pues no sé… Son dos tíos muy diferentes.

-A mí me lo vas a decir.

-Tom es más atento, pero Danny es más cariñoso…creo. O eso o es un acosador.

Reí.

-Yo te veo bien con Tom. Le conozco, y sé que le gustas de verdad. Y tú estás bien, ¿no?

-Sí.

-Pero, Danny… mira, hace como que no le importa lo vuestro, pero todos sabemos que le importa mucho.

-Pero, ¿qué puedo hacer, Dougie? Haga lo que haga, le hago daño a alguno de los dos.

-Si Harry no fuera mío te lo ofrecería… pero es mío-dijo.

-Yo que tú tendría cuidado porque alguien ahí fuera va a intentar quitártelo.

-¿Quién?-pensó.-¿Rebe?

Asentí.

-Pero no se lo digas a nadie, ¿eh?

-No, claro.

Temblé.

-¿Qué te ocurre?

-Tengo frío. Y no sé qué hacer con esos dos.

-No te agobies.

-Tarde.

Reí y abrí los brazos para que me diera un abrazo.

Me estaba abrazando cuando Carol entró por la puerta, seguida de Danny.

-No vuelvo a jugar contigo nunca más, has…-se calló al vernos.

Dougie y yo nos separamos.

-Carol, tía…-dije-No es lo…

Ella se dio la vuelta y echó a correr.

Este capítulo estaba hecho desde hace siglos y por fin me he dignado a subirlo ;D

sábado, 10 de diciembre de 2011

~Capítulo 26~

Estaba en un bosque. Un bosque espesísimo. ¿Qué hacía allí?

Miré a mí alrededor, pero no vi a nadie. Entonces, le vi.

-¿Danny?-pregunté sin convicción.

Pero era él. Estaba unos metros por delante de mí. Avancé, mas él echó a correr.

-¡Danny!-le grité-¡Pero, ¿adónde vas, Danny?!

Corrí, tratando de alcanzarle. Que yo supiera, no tenía motivos para huir de mí.

Vi que el bosque se acababa repentinamente unos metros por delante de Danny y que allí había una potente luz. Luz solar.

-¡Danny! ¡Danny, para! ¡No te suicides!-le grité, intentando detenerle, mas él, o no me escuchaba o era tonto. O ambas cosas.

Danny tenía medio pie en la luz.

-¡Danny, no! ¡Yo te quiero!

Entonces, abrí los ojos. Un techo blanco, de esos blancos que hacían daño a la vista, se extendía ante mí. Ni rastro de ningún bosque, ni Dannys corriendo hacia luces de ningún tipo.

Me incorporé, ya que me di cuenta de que estaba tumbada. Observé el entorno. Estaba en una cama, en una habitación de lo que parecía ser un hospital. Tenía pegados al pecho unas pequeñas ventosas conectadas por medio de cables a unos monitores que se encontraban a mi lado y que emitían unos sonidos estresantes.

No había ni rastro de mis amigos. Me extrañé mucho, ya que no era algo normal en ellos dejarme sola en este tipo de situaciones… ni nunca.

Recordé en ese momento lo que había pasado. Veneno… Si yo seguía con vida era porque entonces me tenían que haber extraído el veneno, pero… ¿dónde estaban ellos? ¿Y si les había pasado algo y estaban también en el hospital? No, espera. Dudaba que algo que les ocurriera a ellos pudiera ser tratado en un hospital. ¿Y si les había pasado algo grave de verdad? El corazón me latía a mil por hora. Eso podría justificar el sueño que acababa de tener. ¿No dijo alguien algo acerca de una conexión? Si Danny me había mordido, yo podría haber visto lo que… un momento. ¿Me estaba diciendo a mí misma que el sueño de Danny podía ser verdad? ¡Entonces Danny se me había muerto!

Me arranqué las ventosas del pecho con un rápido tirón y me bajé de la cama. Me recorrió un escalofrío, ya que había pisado el frío suelo descalza. De nuevo, volvía a estar vestida con la horripilante bata azul de hospital, que dejaba ver partes de mi cuerpo que creía innecesarias para que la gente las vieras, pero eso ahora no importaba. Tenía que averiguar qué había sido de mis amigos, así que, descalza, abrí la puerta y salí al pasillo.

Estaba desierto. Faltaba la motita esa de polvo que sale en las películas del oeste.

-¿Tom?-llamé.-¿Danny?

No recibí ningún tipo de respuesta.

Eché a andar por el pasillo, esperando encontrar algún indicio de vida, pero sin resultado. ¿Dónde mierdas estaban todos? Estaba empezando a asustarme de verdad cuando doblé a la derecha y vi, al final del pasillo, mirando por una gran ventana, a Danny.

Este no se había dado cuenta de que yo había hecho acto de presencia y siguió mirando, distraído, por la ventana.

-Da…Da…¡Danny!-grité, emocionada. ¡No estaba muerto!

Se sobresaltó, se dio la vuelta y me miró. Y sonrió.

-¡Cris!

-¡Danny!

Eché a correr hacia él, que me esperaba con los brazos abiertos. Al llegar, salté sobre él y lo aferré con brazos y piernas y lo abracé bien fuerte.

Noté cómo me bajaba la bata que, con el salto, se me había subido.

-Que se te va a ver todo, mujer-dijo, riendo.

-¡Qué me importa!-dije, agarrándole la cara con las manos.-¡Estás vivo!

-Sí, bueno, todo lo vivo que un vampiro puede estarlo, sí.-dijo, sonriendo.

-Yo…yo…me asusté. Me desperté, no vi a nadie y pensé lo peor…-¿debía contarlo el sueño que había tenido? Puede que no fuera algo del presente…pero, ¿y si era una premonición?

Danny abrió la boca para contestarme, pero entonces vi emerger por el pasillo una cara bien conocida.

-¡Tom!-grité, eufórica.

Me revolví para liberarme de Danny y corrí hacia Tom. Me tiré sobre él como anteriormente había hecho con Danny. Al sentir los brazos de Tom aferrándome como si no hubiera mañana decidí que eso del sueño, por el momento, no me importaba.

Me separé un poco para poder besarlo. Danny se apoyó en la pared, metió las manos en los bolsillos y miró hacia otro lado.

-Ejem, ejem.

Tom me dejó en el suelo y yo me giré, con la rabia dibujada en la cara, hacia quién nos había interrumpido.

-¡Ah!-exclamé al reconocer al que nos había cortado el tema.-Pero, ¿qué haces tú aquí?

-Resulta que llevo dos días aquí.-me respondió Liam con su misma chulería de siempre.

Miré a Tom sin comprender.

-Ah, pero…¿no se lo habéis contado?-dijo Liam.

-¿Contarme qué?

-No hemos tenido tiempo.-dijo Tom.

-Pero para achuchones y eso sí, ¿no?

-¡Te quieres callar, Liam!-le espeté.

Este me miró los ojos y yo le aguanté la mirada, deseando apuñalarme con un lápiz no una, sino millones de veces.

-Jo, hay que ver que genio te gastas, tía…-me dijo-

-¿Perdona?-dije apartando a Tom del medio-¿Tienes algún problema conmigo?

-Pues mira, puede que sí.

-¿Quieres que lo arreglemos a ostias?

-No en este hospital-dijo entonces un médico que apareció de la nada-¿Tú qué haces aquí?-me preguntó.

-Pues me he despertado, cosa obvia y, al no ver a nadie, salí a indagar.

-Anda, ven-dijo el médico, encaminándose hacia el pasillo por el que yo había venido-Vamos a chequearte haber si podemos darte el alta.

-Os espero abajo.-dijo Liam.

Por toda respuesta, le hice un movimiento obsceno con el dedo que provocó la risa de Danny y una mirada desaprobatoria de Tom, que después rió.

Veinte minutos después, el médico salió de mi habitación habiéndome dado el alta y, cuando se fue, asedié a Tom y Danny a preguntas que me moría por hacer.

-¿Dónde están los demás?-pregunté.

-Resulta que se nos acabaron los días de descanso y teníamos que ir a Manchester, por el tour, ya sabes-asentí y Danny prosiguió- pero no podíamos llevarte tal como estabas y…

-Vosotros no podíais quedaros, lo entiendo.-dije, comprensiva.

-Yo quería quedarme.-dijo Tom.

-Pero el tour no podía seguir sin Tom, así que tramamos un plan.

-Bueno, Danny, si tú dices que era un plan… el caso es que Rebe se ofreció para quedarse.

-Bien, ¿y dónde…?-pregunté.

-Harry dijo que si quedaba ella, se quedaba él.

Reí.

-Uy, ¿y eso?-pregunté.

-Según él, para quedarse contigo, pero me da que era por Rebe. Han hecho buenas migas-dijo Danny.

-Pobre hombre-me compadecí de él.-No sabe donde se mete.-dije, bromeando. Ambos ya me habían contado lo que Rebe había hecho verdaderamente por mí.

-O quizá sí lo sepa y aún así quiera arriesgarse…-Danny y yo reímos.

-Total-continuó Tom- Que Dougie dijo que si se quedaba Harry, él se quedaba, Carol dijo que sin Dougie no se iba y Danny dijo que si se quedaban todos, él también, para hacer bulto.

Miré a Danny.

-Es verdad, lo dije.

Reí.

-Así que-siguió Tom- parecía que, o nos quedábamos todos o no nos quedábamos ninguno.

-Que complicada es la vida.

Tom rió.

-Estábamos echándolo a suertes cuando Liam se ofreció para quedarse contigo hasta que despertaras y viniéramos a buscarte. La idea no me hacía ninguna gracia…

-Ni a mí-le apoyó Danny.

-Pero era eso o dejarte sola. No teníamos otra opción. Nos fuimos hace dos días, pero no pude soportar estar lejos de ti más tiempo y vine.

-Oh, Tom.-dije, y le abracé.

-Eh, que yo también estoy aquí.

-Sí, Danny…¡oh!-les conté el sueño que había tenido, omitiendo claramente la frase de “¡Yo te quiero!”.

-Bueno… no creo que tengas que preocuparte, Cris-dijo Danny- No tengo ninguna intención de acabar con mi vida.

-Me alegra oír eso.

Salimos de la habitación y bajamos a recepción. Liam nos esperaba sentado en una silla.

No le dirigí la mirada.

Salimos afuera y nos montamos en su furgoneta de siempre. Tom, Danny y yo atrás, sentada yo en medio de ambos y Liam delante, aunque cuando arrancamos, se cambió de asiento y se sentó frente a nosotros tres.

Apoyé la cabeza en el hombro de Danny, que estaba sentado a mi derecha y entrelacé la mano derecha en la izquierda de Tom. Y, sin quererlo, me dormí.

[POV Tom]

Danny y yo mirábamos cómo Cris se había quedado dormida.

-¿Podéis dejar de mirarla así, por favor?-dijo Liam- Voy a vomitar.

-¿Te molesta o qué?-le preguntó Danny.

-Sí.

-Nadie te ha dicho que tengas que mirarnos.

-No os miro a vosotros, la miro a ella.

-Pues deja de hacerlo.

-¿Por qué?

-¿Y por qué no?

-No sé, es mona.

-Para mona, tu cara cuando te la parta.

-Danny, tranquilo.-le dije.

-No puedo estar tranquilo. Pensar que esta cosa… o lo que sea, la mordió cuando eso…

-¡Oh, así que es por eso!-dijo Liam como si la cosa no fuera con él.- Claro, habéis visto lo que ella pasó por la conexión…claro.

-¡Sí, joder!

-¿Os queréis callar los dos que la vais a despertar?-les gruñí.

Los dos callaron, se miraron y siguieron hablando.

-¿Por qué te quedaste con ella?-le preguntó Danny.

Liam se encogió de hombros.

-Ninguno de vosotros podíais y yo no tenía nada que hacer…

-Oh, el bueno y caritativo de Liam no tenía nada que hacer salvo quedare en…

-Oye, que yo también tengo una vida, ¿eh?

-¡Pero qué os calléis!-les espeté. Cris se estaba moviendo y parecía que pronunciaba algo.-No oigo lo que dice.

Ambos callaron.

-No…no, Danny, no. ¡No te suicides!-decía.

Danny y yo nos miramos.

-Está soñando el mismo sueño de antes.-dijo.

Yo asentí.

-No, Danny…espera…¡yo te quiero!

Danny y yo volvimos a mirarnos.

-Bueno, bueno, bueno-dijo Liam burlonamente.-Pero, ¿qué tenemos aquí? Una declaración en toda regla. Estarás contento, ¿no, tío?

Danny yo seguíamos mirándonos.

-Tom, eso lo ha dicho para evitar que me mate en el sueño.-me dijo.

Yo le seguía mirando.

-Espera, espera, espera…-dijo Liam.-Así que…ella…¿está contigo?-me señaló a mí con la cabeza.

-Sí.

-Y dice en sueños que quiere a otro. Ah, bien, vas bien.

-No hables de lo que no sabes.

-Es que puede que sí que sepa.

-Pues no me importa.

Cris se movió y apoyó la cabeza en mi brazo.

-Tom…-dijo-Suelta esa guitarra. La tuya está aquí.

-Y ahora habla de guitarras.-dijo Danny.

-Déjala que sueñe lo que quiera-le reprendí.

Ella seguía teniendo agarrada mi mano izquierda. Se la apreté con delicadeza.

-¿Cómo crees que sería su vida antes de conocernos a nosotros?-le pregunté a Danny.

Este miraba por la ventanilla, ausente.

-Segura, bastante más segura que ahora. Y aburrida.

-No la llames aburrida-le reproché.

-Vale, lo que quieras.

Nos callamos y ninguno volvió a hablar hasta que Cris despertó.

-¿Falta mucho?-preguntó.

-Un poco. Duérmete otra vez.

-No quiero dormir, llevo mucho tiempo durmiendo.

Se acurrucó más contra mí.

-Cabezota-le dije, acariciándola el pelo.

-Di lo que quieras, que no me vas a convencer. He vuelto a soñar lo de Danny otra vez.

-Lo sabemos-dijo Danny.-Hablaste en sueños.

-Oh, shit. ¿Y qué dije?

-Que me queríais.-dijo Danny, mirándola.

Ella también le miró y, por un momento que se me hizo eterno, se sostuvieron la mirada.

-Mentí.-dijo Cris, con voz firme.

Danny apartó la vista y volvió a mirar por la ventana.

-Lo sé.-le respondió él.

-Pues lo dijiste muy convencida.-dijo Liam.

-Liam, cuando hablemos los mayores, tú te callas.-le respondió Cris.

Este río.

-Ya nos vamos entendido.-le dijo.

-¿Y se supone que eso tiene que consolarme?-le dijo Cris- Más bien me deprime.

Liam miró a Danny, que continuaba mirando por la ventanilla, desconectado del mundo.

-Oh, mírale, le has roto el corazón…-dijo.

-Lo que te voy a romper yo a ti es la cabeza como no te calles.-dijo Cris- Mira, te agradezco que te quedaras conmigo cuando ninguno de mis amigos pudo pero, ¿y ahora qué pintas aquí? ¿Por qué estás con nosotros?

-Estoy porque estoy.-le respondió.

-No esperaba una respuesta más inteligente por tu parte, Liam.-dijo. Se acurrucó más contra mí y me abrazó.

-Pues…

-Que te calles, que ya no te hablo.-le interrumpió Cris y me miró.-Tom… Te eché de menos.

Sonreí y le acaricié el pelo.

-Yo también.

-Oh, por favor…-dijo Liam poniendo los ojos en blanco.-Cuando os ponéis así dais asco. Me voy.

Y se sentó delante.

Cris levantó la cabeza, yo me incliné y la besé.

-¡Hemos llegado!-gritó Danny. Abrió la puerta y se bajó corriendo.

-Pero, ¿y a este qué le pasa?-preguntó Cris, viendo como corría rumbo hacia la libertad. Yo en mi fondo, lo sabía.

-Ignórale, yo lo hago siempre.

-Pobre.

[POV Cris]

Salí fuera del coche y me encontré enfrente de una casa bastante grande, con un jardín enorme. No había más casas a su alrededor.

-Nos hemos cansado de tanto hotel-me explicó Tom, resolviendo todas las posibles dudas que yo pudiera tener.-y nos gustó esta casa.

Asentí, conforme.

En la puerta de la casa me esperaban mis amigos.

-¡Cris!-gritaron al verme.

-Bueno, al menos recuerdan cómo me llamo…-comenté.

Tom río.

Avanzamos hacia ellos, pero antes de que pudiéramos llegar, echaron a correr hacia nosotros.

-¡Cris!-Harry me atrapó y me dio vueltas y más vueltas por el aire. Después, me abrazó muy fuerte-¡Oh, qué alegría! Por fin has…

-Harry…no…puedo…respirar.-le dije como pude.

-¡Oh, lo siento!-dijo, y me dejó en el suelo.

Mis amigas también me abrazaron e incluso Dougie se unió al club de los abrazos. Danny también se acercó y me abrazó.

-Pero, Danny…-le dije, confundida-Si a ti te he visto antes…

-Un abrazo es un abrazo.

Me encogí de hombros. Jamás le entendería, por mucho tiempo que viviera.

Entonces, vi una cara que me costó reconocer.

-¿Y tú qué haces aquí?-le pregunté a la chica que había matado a la hermana de Peter.

-Vivo aquí.-me respondió.

-¿En esta casa?

-No, en Manchester.

-¿Y qué haces que no estás en tu casa?

-Vigilaros.

-No necesitamos vigilancia.

-Quizá tú no, pero los demás sí. Aunque…quizá debería echarte un ojo a ti también.

La miré mal.

-Eh, te salvé la vida, ¿recuerdas?-me dijo.

-Intentaste matarme.

-Pero luego te salvé la vida.

-Tú no hiciste nada.

-Yo…

-No quiero discutir contigo, esto…-no me sabía su nombre.

-Sam.

-Sam.

Nos sostuvimos la mirada.

-Si las miradas matasen…-dijo Harry.

-Tú ya estarías muerto-dijo Tom- Anda, pasemos adentro.

Me pasó un brazo por los hombros y andamos hacia la casa.

-¿Cómo que ya estaría muerto, Tom?-inquirió Harry-¿Más muerto de lo que ya estoy o de lo que casi llego a estar por vuestra culpa?

-Pelillos a la mar, Harry.-dijo el aludido.

-Sí…pelillos…

Esa cara era enorme. Ya solo el recibidor era casi más grande que mi casa.

Nos sentamos todos en el salón, ya que era descomunal. Todos se sentaron en los sillones, mientras que yo opté por sentarme sobre Tom, que me cogió en brazos.

Me contaron lo que sucedió el otro día.

-Y cuando vi que no respirabas, cogí a Tom del cuello de la camiseta y le dije “¡Gocho! ¡Te has zampado a mi amiga!” mientras le zarandeaba salvajemente.-dijo Carol.

Todos reímos.

-Sí, me acuerdo-dijo Tom.-Menuda manera de zarandear. Aún me da vueltas la cabeza.

Reímos de nuevo.

-Pues chicos-dije-No sé cómo deciros lo mucho que estoy agradecida a cada uno-mientras decía esto les iba mirando a cada uno-arriesgasteis por mí muchísimo más lo que yo os podría pedir… no sé cómo corresponderos…de verdad, gracias.

Me aplaudieron.

-No tienes por qué darnos las gracias-dijo Dougie.

-Sí tú en nuestro lugar hubieras hecho lo mismo-dijo Harry.

-Por supuesto.

-Por mí no.

-Por ti también, Danny-dije.

Miré por la ventana.

-Bueno, y ahora que lo sabes todos, tienes que irte a dormir-me dijo Tom.

-¡No!

-Sí, que el médico te dijo que tenías que descansar.

-Pero no quiero, Tom-me quejé.-Quiero salir y que me dé el aire.

-Pero tienes que…le puse ojos de perrito y mi mejor puchero.-Bueno, vale, está bien.

-¡Sí! Gracias-y le di un beso en la mejilla.

Me levanté y me dirigí hacia la puerta.

-¡Pero, espera, no te vayas sola!

-Ya voy yo con ella.-dijo Rebe.

Y nos fuimos las dos juntas.