sábado, 10 de diciembre de 2011

~Capítulo 26~

Estaba en un bosque. Un bosque espesísimo. ¿Qué hacía allí?

Miré a mí alrededor, pero no vi a nadie. Entonces, le vi.

-¿Danny?-pregunté sin convicción.

Pero era él. Estaba unos metros por delante de mí. Avancé, mas él echó a correr.

-¡Danny!-le grité-¡Pero, ¿adónde vas, Danny?!

Corrí, tratando de alcanzarle. Que yo supiera, no tenía motivos para huir de mí.

Vi que el bosque se acababa repentinamente unos metros por delante de Danny y que allí había una potente luz. Luz solar.

-¡Danny! ¡Danny, para! ¡No te suicides!-le grité, intentando detenerle, mas él, o no me escuchaba o era tonto. O ambas cosas.

Danny tenía medio pie en la luz.

-¡Danny, no! ¡Yo te quiero!

Entonces, abrí los ojos. Un techo blanco, de esos blancos que hacían daño a la vista, se extendía ante mí. Ni rastro de ningún bosque, ni Dannys corriendo hacia luces de ningún tipo.

Me incorporé, ya que me di cuenta de que estaba tumbada. Observé el entorno. Estaba en una cama, en una habitación de lo que parecía ser un hospital. Tenía pegados al pecho unas pequeñas ventosas conectadas por medio de cables a unos monitores que se encontraban a mi lado y que emitían unos sonidos estresantes.

No había ni rastro de mis amigos. Me extrañé mucho, ya que no era algo normal en ellos dejarme sola en este tipo de situaciones… ni nunca.

Recordé en ese momento lo que había pasado. Veneno… Si yo seguía con vida era porque entonces me tenían que haber extraído el veneno, pero… ¿dónde estaban ellos? ¿Y si les había pasado algo y estaban también en el hospital? No, espera. Dudaba que algo que les ocurriera a ellos pudiera ser tratado en un hospital. ¿Y si les había pasado algo grave de verdad? El corazón me latía a mil por hora. Eso podría justificar el sueño que acababa de tener. ¿No dijo alguien algo acerca de una conexión? Si Danny me había mordido, yo podría haber visto lo que… un momento. ¿Me estaba diciendo a mí misma que el sueño de Danny podía ser verdad? ¡Entonces Danny se me había muerto!

Me arranqué las ventosas del pecho con un rápido tirón y me bajé de la cama. Me recorrió un escalofrío, ya que había pisado el frío suelo descalza. De nuevo, volvía a estar vestida con la horripilante bata azul de hospital, que dejaba ver partes de mi cuerpo que creía innecesarias para que la gente las vieras, pero eso ahora no importaba. Tenía que averiguar qué había sido de mis amigos, así que, descalza, abrí la puerta y salí al pasillo.

Estaba desierto. Faltaba la motita esa de polvo que sale en las películas del oeste.

-¿Tom?-llamé.-¿Danny?

No recibí ningún tipo de respuesta.

Eché a andar por el pasillo, esperando encontrar algún indicio de vida, pero sin resultado. ¿Dónde mierdas estaban todos? Estaba empezando a asustarme de verdad cuando doblé a la derecha y vi, al final del pasillo, mirando por una gran ventana, a Danny.

Este no se había dado cuenta de que yo había hecho acto de presencia y siguió mirando, distraído, por la ventana.

-Da…Da…¡Danny!-grité, emocionada. ¡No estaba muerto!

Se sobresaltó, se dio la vuelta y me miró. Y sonrió.

-¡Cris!

-¡Danny!

Eché a correr hacia él, que me esperaba con los brazos abiertos. Al llegar, salté sobre él y lo aferré con brazos y piernas y lo abracé bien fuerte.

Noté cómo me bajaba la bata que, con el salto, se me había subido.

-Que se te va a ver todo, mujer-dijo, riendo.

-¡Qué me importa!-dije, agarrándole la cara con las manos.-¡Estás vivo!

-Sí, bueno, todo lo vivo que un vampiro puede estarlo, sí.-dijo, sonriendo.

-Yo…yo…me asusté. Me desperté, no vi a nadie y pensé lo peor…-¿debía contarlo el sueño que había tenido? Puede que no fuera algo del presente…pero, ¿y si era una premonición?

Danny abrió la boca para contestarme, pero entonces vi emerger por el pasillo una cara bien conocida.

-¡Tom!-grité, eufórica.

Me revolví para liberarme de Danny y corrí hacia Tom. Me tiré sobre él como anteriormente había hecho con Danny. Al sentir los brazos de Tom aferrándome como si no hubiera mañana decidí que eso del sueño, por el momento, no me importaba.

Me separé un poco para poder besarlo. Danny se apoyó en la pared, metió las manos en los bolsillos y miró hacia otro lado.

-Ejem, ejem.

Tom me dejó en el suelo y yo me giré, con la rabia dibujada en la cara, hacia quién nos había interrumpido.

-¡Ah!-exclamé al reconocer al que nos había cortado el tema.-Pero, ¿qué haces tú aquí?

-Resulta que llevo dos días aquí.-me respondió Liam con su misma chulería de siempre.

Miré a Tom sin comprender.

-Ah, pero…¿no se lo habéis contado?-dijo Liam.

-¿Contarme qué?

-No hemos tenido tiempo.-dijo Tom.

-Pero para achuchones y eso sí, ¿no?

-¡Te quieres callar, Liam!-le espeté.

Este me miró los ojos y yo le aguanté la mirada, deseando apuñalarme con un lápiz no una, sino millones de veces.

-Jo, hay que ver que genio te gastas, tía…-me dijo-

-¿Perdona?-dije apartando a Tom del medio-¿Tienes algún problema conmigo?

-Pues mira, puede que sí.

-¿Quieres que lo arreglemos a ostias?

-No en este hospital-dijo entonces un médico que apareció de la nada-¿Tú qué haces aquí?-me preguntó.

-Pues me he despertado, cosa obvia y, al no ver a nadie, salí a indagar.

-Anda, ven-dijo el médico, encaminándose hacia el pasillo por el que yo había venido-Vamos a chequearte haber si podemos darte el alta.

-Os espero abajo.-dijo Liam.

Por toda respuesta, le hice un movimiento obsceno con el dedo que provocó la risa de Danny y una mirada desaprobatoria de Tom, que después rió.

Veinte minutos después, el médico salió de mi habitación habiéndome dado el alta y, cuando se fue, asedié a Tom y Danny a preguntas que me moría por hacer.

-¿Dónde están los demás?-pregunté.

-Resulta que se nos acabaron los días de descanso y teníamos que ir a Manchester, por el tour, ya sabes-asentí y Danny prosiguió- pero no podíamos llevarte tal como estabas y…

-Vosotros no podíais quedaros, lo entiendo.-dije, comprensiva.

-Yo quería quedarme.-dijo Tom.

-Pero el tour no podía seguir sin Tom, así que tramamos un plan.

-Bueno, Danny, si tú dices que era un plan… el caso es que Rebe se ofreció para quedarse.

-Bien, ¿y dónde…?-pregunté.

-Harry dijo que si quedaba ella, se quedaba él.

Reí.

-Uy, ¿y eso?-pregunté.

-Según él, para quedarse contigo, pero me da que era por Rebe. Han hecho buenas migas-dijo Danny.

-Pobre hombre-me compadecí de él.-No sabe donde se mete.-dije, bromeando. Ambos ya me habían contado lo que Rebe había hecho verdaderamente por mí.

-O quizá sí lo sepa y aún así quiera arriesgarse…-Danny y yo reímos.

-Total-continuó Tom- Que Dougie dijo que si se quedaba Harry, él se quedaba, Carol dijo que sin Dougie no se iba y Danny dijo que si se quedaban todos, él también, para hacer bulto.

Miré a Danny.

-Es verdad, lo dije.

Reí.

-Así que-siguió Tom- parecía que, o nos quedábamos todos o no nos quedábamos ninguno.

-Que complicada es la vida.

Tom rió.

-Estábamos echándolo a suertes cuando Liam se ofreció para quedarse contigo hasta que despertaras y viniéramos a buscarte. La idea no me hacía ninguna gracia…

-Ni a mí-le apoyó Danny.

-Pero era eso o dejarte sola. No teníamos otra opción. Nos fuimos hace dos días, pero no pude soportar estar lejos de ti más tiempo y vine.

-Oh, Tom.-dije, y le abracé.

-Eh, que yo también estoy aquí.

-Sí, Danny…¡oh!-les conté el sueño que había tenido, omitiendo claramente la frase de “¡Yo te quiero!”.

-Bueno… no creo que tengas que preocuparte, Cris-dijo Danny- No tengo ninguna intención de acabar con mi vida.

-Me alegra oír eso.

Salimos de la habitación y bajamos a recepción. Liam nos esperaba sentado en una silla.

No le dirigí la mirada.

Salimos afuera y nos montamos en su furgoneta de siempre. Tom, Danny y yo atrás, sentada yo en medio de ambos y Liam delante, aunque cuando arrancamos, se cambió de asiento y se sentó frente a nosotros tres.

Apoyé la cabeza en el hombro de Danny, que estaba sentado a mi derecha y entrelacé la mano derecha en la izquierda de Tom. Y, sin quererlo, me dormí.

[POV Tom]

Danny y yo mirábamos cómo Cris se había quedado dormida.

-¿Podéis dejar de mirarla así, por favor?-dijo Liam- Voy a vomitar.

-¿Te molesta o qué?-le preguntó Danny.

-Sí.

-Nadie te ha dicho que tengas que mirarnos.

-No os miro a vosotros, la miro a ella.

-Pues deja de hacerlo.

-¿Por qué?

-¿Y por qué no?

-No sé, es mona.

-Para mona, tu cara cuando te la parta.

-Danny, tranquilo.-le dije.

-No puedo estar tranquilo. Pensar que esta cosa… o lo que sea, la mordió cuando eso…

-¡Oh, así que es por eso!-dijo Liam como si la cosa no fuera con él.- Claro, habéis visto lo que ella pasó por la conexión…claro.

-¡Sí, joder!

-¿Os queréis callar los dos que la vais a despertar?-les gruñí.

Los dos callaron, se miraron y siguieron hablando.

-¿Por qué te quedaste con ella?-le preguntó Danny.

Liam se encogió de hombros.

-Ninguno de vosotros podíais y yo no tenía nada que hacer…

-Oh, el bueno y caritativo de Liam no tenía nada que hacer salvo quedare en…

-Oye, que yo también tengo una vida, ¿eh?

-¡Pero qué os calléis!-les espeté. Cris se estaba moviendo y parecía que pronunciaba algo.-No oigo lo que dice.

Ambos callaron.

-No…no, Danny, no. ¡No te suicides!-decía.

Danny y yo nos miramos.

-Está soñando el mismo sueño de antes.-dijo.

Yo asentí.

-No, Danny…espera…¡yo te quiero!

Danny y yo volvimos a mirarnos.

-Bueno, bueno, bueno-dijo Liam burlonamente.-Pero, ¿qué tenemos aquí? Una declaración en toda regla. Estarás contento, ¿no, tío?

Danny yo seguíamos mirándonos.

-Tom, eso lo ha dicho para evitar que me mate en el sueño.-me dijo.

Yo le seguía mirando.

-Espera, espera, espera…-dijo Liam.-Así que…ella…¿está contigo?-me señaló a mí con la cabeza.

-Sí.

-Y dice en sueños que quiere a otro. Ah, bien, vas bien.

-No hables de lo que no sabes.

-Es que puede que sí que sepa.

-Pues no me importa.

Cris se movió y apoyó la cabeza en mi brazo.

-Tom…-dijo-Suelta esa guitarra. La tuya está aquí.

-Y ahora habla de guitarras.-dijo Danny.

-Déjala que sueñe lo que quiera-le reprendí.

Ella seguía teniendo agarrada mi mano izquierda. Se la apreté con delicadeza.

-¿Cómo crees que sería su vida antes de conocernos a nosotros?-le pregunté a Danny.

Este miraba por la ventanilla, ausente.

-Segura, bastante más segura que ahora. Y aburrida.

-No la llames aburrida-le reproché.

-Vale, lo que quieras.

Nos callamos y ninguno volvió a hablar hasta que Cris despertó.

-¿Falta mucho?-preguntó.

-Un poco. Duérmete otra vez.

-No quiero dormir, llevo mucho tiempo durmiendo.

Se acurrucó más contra mí.

-Cabezota-le dije, acariciándola el pelo.

-Di lo que quieras, que no me vas a convencer. He vuelto a soñar lo de Danny otra vez.

-Lo sabemos-dijo Danny.-Hablaste en sueños.

-Oh, shit. ¿Y qué dije?

-Que me queríais.-dijo Danny, mirándola.

Ella también le miró y, por un momento que se me hizo eterno, se sostuvieron la mirada.

-Mentí.-dijo Cris, con voz firme.

Danny apartó la vista y volvió a mirar por la ventana.

-Lo sé.-le respondió él.

-Pues lo dijiste muy convencida.-dijo Liam.

-Liam, cuando hablemos los mayores, tú te callas.-le respondió Cris.

Este río.

-Ya nos vamos entendido.-le dijo.

-¿Y se supone que eso tiene que consolarme?-le dijo Cris- Más bien me deprime.

Liam miró a Danny, que continuaba mirando por la ventanilla, desconectado del mundo.

-Oh, mírale, le has roto el corazón…-dijo.

-Lo que te voy a romper yo a ti es la cabeza como no te calles.-dijo Cris- Mira, te agradezco que te quedaras conmigo cuando ninguno de mis amigos pudo pero, ¿y ahora qué pintas aquí? ¿Por qué estás con nosotros?

-Estoy porque estoy.-le respondió.

-No esperaba una respuesta más inteligente por tu parte, Liam.-dijo. Se acurrucó más contra mí y me abrazó.

-Pues…

-Que te calles, que ya no te hablo.-le interrumpió Cris y me miró.-Tom… Te eché de menos.

Sonreí y le acaricié el pelo.

-Yo también.

-Oh, por favor…-dijo Liam poniendo los ojos en blanco.-Cuando os ponéis así dais asco. Me voy.

Y se sentó delante.

Cris levantó la cabeza, yo me incliné y la besé.

-¡Hemos llegado!-gritó Danny. Abrió la puerta y se bajó corriendo.

-Pero, ¿y a este qué le pasa?-preguntó Cris, viendo como corría rumbo hacia la libertad. Yo en mi fondo, lo sabía.

-Ignórale, yo lo hago siempre.

-Pobre.

[POV Cris]

Salí fuera del coche y me encontré enfrente de una casa bastante grande, con un jardín enorme. No había más casas a su alrededor.

-Nos hemos cansado de tanto hotel-me explicó Tom, resolviendo todas las posibles dudas que yo pudiera tener.-y nos gustó esta casa.

Asentí, conforme.

En la puerta de la casa me esperaban mis amigos.

-¡Cris!-gritaron al verme.

-Bueno, al menos recuerdan cómo me llamo…-comenté.

Tom río.

Avanzamos hacia ellos, pero antes de que pudiéramos llegar, echaron a correr hacia nosotros.

-¡Cris!-Harry me atrapó y me dio vueltas y más vueltas por el aire. Después, me abrazó muy fuerte-¡Oh, qué alegría! Por fin has…

-Harry…no…puedo…respirar.-le dije como pude.

-¡Oh, lo siento!-dijo, y me dejó en el suelo.

Mis amigas también me abrazaron e incluso Dougie se unió al club de los abrazos. Danny también se acercó y me abrazó.

-Pero, Danny…-le dije, confundida-Si a ti te he visto antes…

-Un abrazo es un abrazo.

Me encogí de hombros. Jamás le entendería, por mucho tiempo que viviera.

Entonces, vi una cara que me costó reconocer.

-¿Y tú qué haces aquí?-le pregunté a la chica que había matado a la hermana de Peter.

-Vivo aquí.-me respondió.

-¿En esta casa?

-No, en Manchester.

-¿Y qué haces que no estás en tu casa?

-Vigilaros.

-No necesitamos vigilancia.

-Quizá tú no, pero los demás sí. Aunque…quizá debería echarte un ojo a ti también.

La miré mal.

-Eh, te salvé la vida, ¿recuerdas?-me dijo.

-Intentaste matarme.

-Pero luego te salvé la vida.

-Tú no hiciste nada.

-Yo…

-No quiero discutir contigo, esto…-no me sabía su nombre.

-Sam.

-Sam.

Nos sostuvimos la mirada.

-Si las miradas matasen…-dijo Harry.

-Tú ya estarías muerto-dijo Tom- Anda, pasemos adentro.

Me pasó un brazo por los hombros y andamos hacia la casa.

-¿Cómo que ya estaría muerto, Tom?-inquirió Harry-¿Más muerto de lo que ya estoy o de lo que casi llego a estar por vuestra culpa?

-Pelillos a la mar, Harry.-dijo el aludido.

-Sí…pelillos…

Esa cara era enorme. Ya solo el recibidor era casi más grande que mi casa.

Nos sentamos todos en el salón, ya que era descomunal. Todos se sentaron en los sillones, mientras que yo opté por sentarme sobre Tom, que me cogió en brazos.

Me contaron lo que sucedió el otro día.

-Y cuando vi que no respirabas, cogí a Tom del cuello de la camiseta y le dije “¡Gocho! ¡Te has zampado a mi amiga!” mientras le zarandeaba salvajemente.-dijo Carol.

Todos reímos.

-Sí, me acuerdo-dijo Tom.-Menuda manera de zarandear. Aún me da vueltas la cabeza.

Reímos de nuevo.

-Pues chicos-dije-No sé cómo deciros lo mucho que estoy agradecida a cada uno-mientras decía esto les iba mirando a cada uno-arriesgasteis por mí muchísimo más lo que yo os podría pedir… no sé cómo corresponderos…de verdad, gracias.

Me aplaudieron.

-No tienes por qué darnos las gracias-dijo Dougie.

-Sí tú en nuestro lugar hubieras hecho lo mismo-dijo Harry.

-Por supuesto.

-Por mí no.

-Por ti también, Danny-dije.

Miré por la ventana.

-Bueno, y ahora que lo sabes todos, tienes que irte a dormir-me dijo Tom.

-¡No!

-Sí, que el médico te dijo que tenías que descansar.

-Pero no quiero, Tom-me quejé.-Quiero salir y que me dé el aire.

-Pero tienes que…le puse ojos de perrito y mi mejor puchero.-Bueno, vale, está bien.

-¡Sí! Gracias-y le di un beso en la mejilla.

Me levanté y me dirigí hacia la puerta.

-¡Pero, espera, no te vayas sola!

-Ya voy yo con ella.-dijo Rebe.

Y nos fuimos las dos juntas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario